miércoles, junio 18, 2008

Punk por Apellido: De Verne a HumanKind




No es accidente que tantos usemos el apellido Punk en nuestras obras, splatterpunk, cyberpunk, steampunk, dieselpunk, poesía punk, poesía concreta. En fin, ¿qué tienen estos géneros de recurrentes? Los personajes clásicos de son seres marginados, alejados, solitarios, que viven al margen de la sociedad, generalmente en futuros/pasados/presentes distópicos donde la vida diaria es impactada por el rápido cambio tecnológico, y la modificación invasiva del cuerpo humano.


No pocos escritores cyberpunk tienden a usar elementos de la novela policíaca dura, el cine negro y la prosa postmoderna para describir las características del lado subterráneo de una sociedad electrónica. La visión del género de un futuro alterado es llamada a menudo las antítesis de las visiones utópicas generales del futuro. La obra de Jorge Baradit, es tan válida en este punto como la de Gibson. En cierto sentido si la oscuridad se ha comido el mundo, debes, al menos, notarlo.

Por otro lado ¿Qué pasaría si hubiéramos tomado un camino científico diferente al que ahora tenemos? ¿Qué pasaría si en vez de transistores, electrónica, y combustibles nucleares hubiéramos continuado el camino de la tecnología a vapor y el combustible de carbón? ¿Qué pasaría si hubiéramos avanzado a la actual era de la informática por la máquina sumadora de Charles Babbage con ruedas dentadas y tarjetas perforadas en vez de la válvula de vacío y posteriormente del transistor?

Esto es steampunk: las respuestas a estas preguntas, un mundo que parece anclado en las historias de Julio Verne y H.G. Wells pero lejos de la realidad, tan avanzado científicamente (en su extraña y retorcida forma de hierro, carbón y vapor) como el nuestro.

El género ucrónico Steampunk se resuelve en un siglo XIX, en una era Victoriana alternativa, donde los problemas de esa época (superpoblación, racismo, pobreza y desempleo) conviven con los más extraños inventos propulsados por carbón y vapor.Aunque no siempre es una mirada atrás, existen grandes ejemplos como Perdido Street Station que simplemente se abre paso a un nuevo tipo de Steampunk: la fantasía de lo raro, que debe a Lovecraft, lo mismo que a Tolkien... (si sé debemos odiar a Tolkien etc etc, ¿pero como seriamos punks sin un poco de fascismo en el aire?)

Ahora hablemos de otro punto, el que me llevó a guiar el universo de HumanKind, el Término "postcyberpunk" se usó por primera vez en 1991 describiendo la edición de bolsillo de la novela de Neal Stephenson Snow Crash. Lawrence Person argumentaba que el término debía aplicarse a un género emergente, que él procedía a identificar. En 1998 publicó un artículo titulado "Notes Towards a Postcyberpunk Manifesto" (Notas Dirigidas a un Manifiesto Postcyberpunk) en el magazine Nova Express; al año siguiente publicó el artículo en el popular sitio Web sobre tecnología Slashdot. El artículo identificaba el nacimiento del postcyberpunk como una evolución del género cyberpunk de la ciencia ficción popular de finales de los 70 y gran parte de los años 1980, caracterizado por películas como Blade Runner y novelas como Neuromante de William Gibson.

Como su predecesor, el postcyberpunk nos pinta realistas futuros cercanos más que historias del futuro lejano del estilo de las Space Operas. El interés se centra en los efectos sociales de la tecnología en la propia Tierra más que en el viaje espacial. Se dice que el postcyberpunk es distinto del cyberpunk en los siguientes aspectos:

* El ciberpunk generalmente trata con individualistas solitarios y alienados dentro de una distopía. El postcyberpunk por el contrario tiende a tratar con personajes más involucrados en su sociedad, que actúan para defender un orden social establecido o para crear una sociedad mejor.
* En el cyberpunk, se enfatiza el efecto alienante de las nuevas tecnologías, mientras que en el postcyberpunk, "la tecnología es sociedad" (incluyendo más tecnocracia y temas "ciberprep" que el cyberpunk tradicional).

En fin espero haber explicado algo, o quizás nada, espero simplemente haber dicho lo que quería decir sobre mi obra, que en el fondo es suya.

martes, junio 17, 2008

13


Primer episodio de una épica que me tiene entretenido, 13. Quise hacer a un nuevo personaje que fuera horrrrible.



Primera Parte: Un Caballo Llamado Laura



Frecuentemente, el diablo ha deseado hacer que el sol deje de brillar sobre la tierra y que la tierra deje de producir frutos. Desea consumir a los humanos, como el fuego que corre por el rastrojo, quiere tragarlos como agua.

-Del Apocalipsis de Elías


I



El edificio podía ser pálido, delgado y completamente anodino, al menos, si lo comparamos con el poder de la naturaleza le rodeaba, sin embargo no había nada de delicado en él, o en sus propósitos. Lo llamaban de muchas maneras, pero todos conocían lo que era, “El Pabellón”, la única prisión autorizada para contener, albergar y, por supuesto, ejecutar a las criaturas más peligrosas, y probablemente más interesantes de la ciudad. Sus creadores, un grupo de destacados hombres de ciencia, habían obtenido la licitación hace unos cinco años, no había quejas sobre su desempeño, ni siquiera la iglesia reclamaba, pues resultaba sorprendentemente funcional a la hora de separar a los criminales de sus habituales terrenos de caza. Debemos señalar por supuesto que no todo criminal era admitido tras las limpias paredes del establecimiento. Las bestias encerradas aquí eran miembros de una elite con la que pocos se atrevían a lidiar, si bien ocurría que algún juez especialmente cruel sentenciaba a algún pedestre estafador, o un ladrón serial, estos no eran ni por lejos la mayoría de los huéspedes de la hermosa construcción. Por el contrario, tras los ojos de estos hombres se encontraban asesinos con instinto artístico, bestias dotadas de brotes sicóticos dignos de un dios enfurecido. También habían unos cuantos líderes de las viejas familias mafiosas, o un dirigente sindical especialmente peligroso para los intereses de la ciudad, estos junto a unos pocos criminales de guerra ocupaban el primer pabellón, donde se respiraba un aire de libertad casi humano. Nada de eso se podía decir de los otros seis, donde en ordenadas y pequeñas celdas, hacían su vida todos los demás. No había discriminación en este lugar, aquí la ley de Xenocontrol no regía, no importaba tu raza, si te merecías el infierno, pues, bienvenido.


Lucas nunca se sentía cómodo mirando las Eliocámaras, es decir, si hubiese querido gastar su juventud mirando hombres desnudos haciendo ejercicio, hubiese recorrido las calles del Barrio Noche. En vez de eso, era un voyerista aburrido a las once de la mañana. Entonces en una de las pantallas apareció lo que parecía ser su proyecto preferido. Un viejo Hermano Insecto que había pasado las dos últimas décadas ocupando el lugar número uno entre las familias más poderosas en los muelles, controlando huelgas, retrasando barcos y envíos, asesinado dirigentes, miembros de la guardia. Se decía que incluso durante la guerra había ayudado a Cartago, vendiendo armas y planos de la ciudad de Dandain. Un personaje novelesco por el cual el gendarme sentía una atracción especial. Habían razones más poderosas para ello que el simple currículo criminal del individuo. Su especie era un misterio, es decir los Hermanos Insectos que cualquiera podía ver en el día a día eran Mokthra o Formicidas, mariposas y hormigas, hablando en la jerga de los colonos. Pero el gran Don Amarico era un asunto muy distinto, su ficha dejaba un frío SIN CLASIFICAR, al momento de hablar de su raza. Lucía como una gran babosa, o una oruga quizás, pero cubierta por una secreción que al contacto con el suelo desaparecía. Su rostro recordaba al de un humano, más gordo quizás. Una melena blanca y cada día menos poblada adornaba su cabeza y siempre parecía sonreír. Especialmente cuando le llevaban un joven recluso, la única condición que parecía pedir es que este no fuese ni asesino, ni mestizo. Al viejecillo le gustaba la pureza, que solamente duraba unos minutos en “El Pabellón”.

Lucas siempre se refería al gangster por un El, pero sabía que bien podía ser un ella, o un eso. “Muchos seres son hermafroditas” , se dijo a sí mismo, “están los caracoles y… bueno… están los caracoles, y hay muchos de ellos”.
Al doctor Adriano no gustaba de la idea de usar miembros de la milicia como ayudantes, esta era una prisión privada, de excelencia, no era el lugar para tener miembros del desgatado servicio público. Al menos el chico le divertía con sus torpes análisis seudocientíficos. La verdad no había tanto de interesante sobre Don Amarico, no para él al menos. Otros seres ocupaban su mente el día de hoy, de manera que se alejó del panel de vigilancia sin decirle al extraño guardia que el almuerzo de los gendarmes estaba listo, ¿quién era él para interrumpir una investigación?

Las pantallas entonces mostraron un nuevo actor, no pudo identificar que prisionero era, llevaba un máscara y un pañuelo sobre la cabeza, muchos presos hacían eso para ocultar las marcas de la vida en prisión, o porque simplemente donde solía estar su rostro había algo indeseable y antinatural, ya sea producto de una operación de emergencia, o un castigo de gobierno. A los prisioneros se le insertaba una pequeña placa de cobre grabada, cuando la Taumaturgia Inerte de las máquinas leían al prisionero, se sabía quien o que era. Lucas estaba nervioso, la máquina no mostró un nombre, sólo un número y con eso bastó: Trece.
-Lo saludo don Amarico – dijo el visitante.
El viejo hizo una reverencia con la cabeza.
-Los Ao Sí me han dicho que la última carrera acaba de terminar en Nueva Cartago – continuó el recién llegado – Laura ganó, pero usted ya lo sabe. Usted me debe dinero.
-Si, tu caballo ganó pero no te debo nada – dijo Amarico sin mirar a su interlocutor – creo que has hecho trampa.
-Me conoces viejo, sabes que no puedo hacer trampa, a diferencia tuya, no creo tener amigos en la ciudad del Hegemón.
-¿Qué te conozco? Nunca has estado frente a mí, o alguno de nuestros amigos sin tu máscara, cinco años en esta prisión, y sólo te dejaron salir del calabozo después de cuatro, para mi que eres un degenerado, una bola de estiércol, te parieron en las alcantarillas de Dandain… o quizás eres un traidor de la guerra, ¿de qué lado estabas? ¿Cartago? ¿de la República? Nadie te quiere ni en Dandain, ni en Nueva Cartago ¿me equivoco?
Sólo el silencio inundó la cabeza de Trece, no tenía idea de lo que hablaba el viejo, así que simplemente se alejó unos centímetros, parecía estar reflexionando, pero don Amarico no podía estar seguro, de manera que hizo que dos de sus hombres se acercaran.
Lucas accionó la alarma, no podía ser bueno lo que estaba viendo, sin embargo el único que llegó en respuesta fue Adriano.
-¿Es Trece?
-Así es. No ha hecho nada.
-Bien.
Uno de los guardaespaldas hizo un movimiento brusco, pero sólo pudo sentir sus piernas temblar y un curioso calor que subió por su garganta. Cuando la sangre brotó esta se fue a dar un muy poco gentil con una de las blancas murallas que adornaban la sala. El hombre caía sobre sus rodillas, sintiendo una fatiga y ningún dolor más que el de su cabeza estrellarse contra el piso. El segundo guardia portaba una larga navaja hecha con los restos de un camarote viejo. La enterró con fuerza en el pecho de su enemigo, pero este no pareció darle mayor importancia. Trece amaba cuando esto ocurría.
-Es curioso, ¿no lo crees?
No fue necesario la violencia para hacer caer al sorprendido soldado, Don Amarico temblaba, y hacía bien, pues cuando sintió que la mano del enfadado apostador cruzaba su estómago, no había alcanzado a cantar la “Letanía” , se estaba yendo sin terminar las oraciones que sus padres le habían regalado. Trece movió su mano, y tocó el único órgano digestivo del patriarca, un gran saco sensible que al romperse comenzó a derramar su contenido.
-Ahora nos conocemos – con su mano libre, quitó la máscara.
Donde debía estar el rostro de un humano había otra cosa, claro había piel, pero esta estaba galvanizada en torno a un cráneo humano, donde debían estar los ojos, habían sólo dos lamparillas azulosas, pero eso no era lo peor, en su frente había un número grabado, 13.

El viejo había sentido dolor antes, hace muchos años, pero no como esto. Los dientes de la criatura desgarraron su cuello, dejando que la sangre tiñese el piso.
-¿Me conoces ahora? Soy 13, Trece… TRECE.
Un silencio siguió a la caída del viejo, cuando entraron los gendarmes ya no había mucho que hacer, Lucas lloraba no por la escena de violencia, pasaban de cuando en vez, sino por la destrucción de su proyecto.
-Deja de llorar – dijo Adriano.
-Eso no es un hombre, debemos ejecutarlo.
-Tiene usted toda la razón, eso es Trece y su petición aunque es lógica, no podemos cumplirla.
-¿Por qué? ¡Debemos matarlo antes que nos mate a nosotros!
-Es que no sabemos como hacerlo.

jueves, junio 12, 2008

TEMASCAL: LA SABIDUÍA DE LAS PIEDRAS




Este Martes vivimos junto a otros miembros del Colegio Altamira, la experiencia del TEMASCAL, lejos de ser este un post iluminado, quiero contarles de que se trata. Fue muy curativa para mí, y pude ver claramente (y aún digiero) algunas de las visiones que angustian mi presente.

El temascal es una tradición indígena de América, aunque se encuentran similares entre los habitantes de Siberia, Turquía y entre los pueblos Altaicos . Se trata de una pequeña cúpula hecha con palos de avellano doblados y cubierta con mantas o cobijas de modo que en su interior se crea un espacio cicular perfectamente sellado del exterior excepto por la puerta que tambien se puede tapar. En el centro del recinto existe un agujero donde se situarán las piedras que previamente se encuentran en las llamas en el fuego ceremonial en el exterior del temascal, hasta alcanzar casi la incandescencia. Una vez reunido el grupo dentro del temascal, por la puerta de tela se introducen las piedras al rojo vivo con una pala y se situan en el centro del temascal. Se cierra todo y se echa agua sobre las piedras, creándose unas intensas nubes de vapor de agua que convierten el lugar en un autentico reto de superacion de umbrales de calor y de sudor. Se entonan cantos, se habla, se da la palabra y se van introduciendo piedras, echando agua y hierbas aromaticas y cada vez mas calor hasta superar el sofoco rindiendose. Generalmente se hacen CUATRO PUERTAS, lo que significa que al final de cada puerta se abre el temascal dejando entrar el frescor de fuera para continuar con el proceso por tres veces. La catarsis producida es real y tangible y es una limpieza del aura, transformacion total de la propia energía, purificación y toma de contacto con el grupo entregándose a la situacion. Hombres y mujeres occidentales se adaptan con facilidad a esta sauna india creando verdadera devocion por este mágico y transformador catalizador de energías, este ancestral conocimiento. Siempre se precisa la sabia direccion de una persona experimentada.

jueves, junio 05, 2008

Azrael: Una Biografía.






Este Ángel creado por Dios tiene una de las misiones más especiales, NO para traer desgracias o pesares sino para traer paz y tranquilidad a las almas que se encuentran en el estado de transición de la vida a la muerte o de la muerte a la vida como lo quieran ver. Es el Ángel de la Muerte, él esta escribiendo y borrando nombres en un gran libro, lo que el escribe es el nacimiento de un hombre, lo que él borra es el nombre del hombre que morirá.

El Ángel de la Muerte aparece en muchas religiones pero bajo otros nombres diferentes. Nombres Judeocristianos para el ángel de rango de muerte de Michael, Gabriel, Samael, a Sariel. La erudición rabínica lista 14 ángeles de muerte: Yetzerhara, Adriel, Yehudiam, Abaddon, Samael, Azrael, Metatron, Gabriel, Mashhit, Hemah, ha-Mavet de Malach, Kafziel, Kesef, y Leviatán. No confundir al Ángel de la Muerte con la Santa Muerte ya que son totalmente diferentes.. El Talmud (Libro Santo judío) tiene referencias que igualan al Ángel de Muerte con Satanás y proporciona la inferencia que este ángel es malo en lugar de bueno.

Supuestamente Azrael le trajo un manojo de tierra a Dios para crear a Adán y por consiguiente ganó su título como el Ángel de Muerte. Azrael guarda un rollo de humanidad en que los nombres del condenado son círculo en negro y los nombres del bendito, en luz. Cuando el día de una persona da acercamientos de muerte, una hoja con el nombre de la persona en él se cae del árbol bajo el trono de Dios. Después de cuarenta días que han pasado, Azrael debe acompañar el alma del individuo de su cuerpo hasta su destino. Azrael será el último en morirse, Él es el ángel que acompaña toda alma después de descarnar al Cielo o Infierno. Azrael tiene gobernación encima de la muerte y la vida después de la muerte. Azrael es asociado a Escorpión como lo es Samael. Los planetas astrológicos son Marte y Plutón. El elemento de Azrael es agua. Las plantas asociadas son albahaca y crisantemo así como el brezo. Sus colores son rojo oscuro, bronce, negro, gris. Poco después su creación, Azrael fue asignado para estudiar un fenómeno no bien-entendido por el Cielo en ese momento: la disposición de almas humanas. Los ángeles habían sabido mucho tiempo que algunas almas humanas llegaron al Cielo porque se había ofrecido la reencarnación y olvido, pero nadie realmente supo donde iban las almas. Azrael añadió a su nombre la palabra de Muerte para llevar a cabo sus deberes (las Palabras angélicas eran mucho menos competitivas). Azrael aprendió a rastrear las almas humanas después de la muerte, otros ángeles han sido incapaces de realizarlo. Él confirmó esa reencarnación y la más gran revelación era el destino de los humanos que eran pasados a un reino inferior por su egoísmo y envidia. Este reino inferior o reino de abajo había sido un lugar abandonado y vacío dónde el alma del muerto estaba para siempre en el aislamiento miserable. Pero entonces los Ángeles Caídos llegaron, y el lugar se volvió conocido como el Infierno. Los demonios estaban torturando y a veces estaban destruyendo las almas condenadas y confinadas allí. Esta revelación espantó el Cielo. Azrael se elevó al estado de Arcángel, y dado el deber de no asegurarse ninguna alma se dirigió erradamente fuera del Cielo. Él y sus servidores separarían fantasmas y sombras suavemente de sus cadenas, recuperarían las almas humanas de los dominios etéreos, e impedirían a los demonios exigir cualquier alma que no perteneció a ellos. Él no podía aceptar que las almas que se condenaron al Infierno sufrieran para toda la eternidad por errores que ellos habían cometido en sus existencias mortales.

Así que el Arcángel de la Muerte empezó atendiendo al condenado, saliendo furtivamente al Infierno para localizar almas humanas que podrían ser convertidas a almas buenas. Azrael les dijo a sus Servidores que les enseñaran también a los humanos a aceptar la Muerte; que era meramente una transición a su próximo estado, y que si ellos vivieran bien sus vidas, no tenían ninguna necesidad de temerle. En el cielo se creyó que Azrael rechazaba estar en el este, por sus constantes salidas con todo su coro, Azrael quiso continuar su misión, y dedujo que él tendría más libertad para llevarla a cabo dejando el cielo pero nunca ha dejado de servir a Dios. Los otros Arcángeles saben que Azrael todavía está vivo, pero no se habla de en el Cielo. Azrael y su coro tienen cuatro misiones ahora: Primero, ellos buscan separar fantasmas y demonios de sus lazos corpóreo o etéreo, para que estas almas sigan a sus último destinos. Segundo , ellos cazan a las almas que pertenecen a los demonios y las destruyen dondequiera que ellos se las encuentran. Tercero, ellos intentan dirigir a los humanos cerca de la muerte hacia su destino, y fuera de su destino, o por lo menos les da una segunda oportunidad en la rueda de la vida. También ellos son enemigos implacables de los Demonios del Infierno que promueven la muerte. Por último, Azrael continúa su misión de atender al condenado. Es ahora mucho más peligroso, y él sólo puede bajar de vez en cuando al Infierno, para encontrar esas almas que podrían trasformarse en buenas y así pasar las fronteras de algunos de los Principados del Infierno. Él no discute este aspecto de su trabajo, nadie sabe cuántas almas podría haber salvado, o cómo él los rescata del Infierno, o donde van las almas que el ayuda, a los Cielos más Altos, a otra reencarnación, o simplemente al olvido.