lunes, noviembre 13, 2006

Catulo

Poeta romano, muchas veces considerado el mejor escritor latino de poesía lírica. Se cree que Catulo nació en Verona y se estableció en Roma hacia el 62 a.C., donde fue el miembro más destacado de los poetas jóvenes que emulaban las formas métricas de los poetas griegos de Alejandría (Egipto). Entre las obras más famosas de Catulo están sus llamados Poemas a Lesbia, que expresan profunda pasión, devoción, desprecio y odio hacia una dama misteriosa, identificada únicamente como Lesbia. Los eruditos conjeturan que Lesbia en realidad era Clodia, una mujer hermosa pero sin escrúpulos que habría sido infiel al joven poeta. Aunque el punto central es Lesbia, muchos de los poemas expresan las dudas, la autocrítica y la autocompasión del propio Catulo. Con independencia de los hechos exactos, los críticos por lo general coinciden en que los poemas de Lesbia se cuentan entre las expresiones más intensas y efectivas de la literatura romana. Suelen ser obras breves, de tema variado, escritas en forma lírica. Intercalados con los poemas de Lesbia hay versos epigramáticos en los que ataca a sus rivales y enemigos. Muy afectado emocionalmente tras su ruptura con Clodia hacia el 57 a.C., Catulo parece ser que realizó un largo viaje por las provincias romanas de Asia Menor. Su popular oda con el verso frater ave atque vale (hermano hola y adiós) está inspirada en una visita a la tumba de su hermano en Troya. A su regreso (c. 56 a.C.), Catulo escribió su poema más extenso, Las bodas de Peleo y Tetis. Hacia el final de su vida escribió unos ataques directos personales contra Julio César y sus compañeros políticos. Se cree que murió joven, puede que a la edad de 30 años

Poemas a Lesbos

¡Oh amores y anhelos,
Y cuantos hombres existáis sensibles a la belleza,
Lamentaos! Ha muerto el gorrión de mi amada,
Su gorrión, deleite de mi niña
Al que cuidaba más que a sus propios ojos.
Era más dulce que la miel y conocía a su dueña
Tan bien como conoce una niña a su propia madre,
Y, sin alejarse jamás de su regazo,
Piaba sin cesar para nadie más que para ella,
Mientras saltaba a su alrededor de acá para allá.
Ahora marcha por un camino de sombras,
Hacia un lugar del que se niega que exista retorno.
Yo os maldigo, siniestras tinieblas del Orco,
Que devoráis todo lo bello:
¡Tan hermoso era aquel que me habéis arrebatado!
¡Oh desdicha! ¡Pobrecillo pájaro!
Ahora lloran por vuestra culpa
Los enrojecidos e hinchados ojos de mi amada. "

3 comentarios:

Azraela dijo...

que hay de la Bella y Amada Safo?

jlflores dijo...

Ya veremos a Safo

Azraela dijo...

se agradece....