jueves, agosto 17, 2006

Heroes

Capitulo II

LA FORJA DE LOS HÉROES

La Guerra de Troya

La mujer más hermosa del mundo era Helena, hija de Zeus y Leda. Helena se casó con Menelao, rey de Esparta, y cuando Paris fue a visitarlos acababan de tener una hija, Hermíone. Menelao recibió a Paris en su casa, pero Paris pagó su hospitalidad secuestrando a Helena y escapando con ella a Troya.
El inicio de la expedición.- Menelao utilizó una estrategia muy buena para conseguir un buen ejército. Lo que hizo fue reunir a todos los pretendientes de Helena y a todos los reyes y nobles de Grecia para poder recuperar a su esposa. El jefe de las fuerzas griegas era Agamenón, rey de Micenas y hermano de Menelao. Todos los héroes griegos acudieron de todo el continente para cruzar el río Egeo y dirigirse hacia Troya.
Algún héroe, como fue el caso de Odiseo, fingió tener locura para no ir a la guerra porque sabía que no volvería. Tampoco quería que fuera a la guerra su hijo Telémaco a quien disfrazó de mujer y envió a Esciros para mezclarlo con las hijas del rey Licomedes. Durante su estancia se casó con una de las hijas, Didamía.
Más tarde, Odiseo se dio cuenta de que sin Aquiles no conquistarían Troya y fue a buscarlo otra vez.
La enorme fuerza militar griega formada por Agamenón, Menéalo, Odiseo, Áyax, Diomedes y Aquiles, estaba lista para zarpar, pero el viento se mantuvo en su contra. Finalmente, el profeta Calcante reveló que la diosa Artemis exigía el sacrificio de la hija de Agamenón, Infigenia, antes de que el viento cambiase de dirección. Agamenón se horrorizó, pero la opinión general lo obligó a realizarlo: Ifigenia, convocada con el pretexto de que iba a casarse con Aquiles, fue muerta sobre el altar. De este modo, el viento cambió y los barcos zarparon.
Los celos eran uno de los vicios en el bando griego y Agamenón, para reafirmar su autoridad sobre Aquiles, le quitó su joven esclava Briseida.

Fue aquí cuando Aquiles se encolerizó. No sólo era un insulto a su honor, sino que era una gran injusticia, ya que Aquiles había hecho la mayor parte de lo necesario para conseguir todo el tesoro y el botín del que Agamenón creía que tenía derecho a disfrutar. Como consecuencia, Aquiles se retiró a su tienda y decidió no tomar parte en la lucha
La lucha se fue agravando poco a poco y los griegos sufrían una fuerte presión sin Aquiles. Agamenón se vio forzado a ofrecer a Aquiles riquezas de todo tipo y la devolución de Briseida, pero el gran guerrero se negó.
Patroclo, hermano de Aquiles, tomo parte de la lucha dirigiendo sus tropas y con su armadura. Finalmente, fue asesinado por Héctor, el mejor guerrero troyano. Aquiles, apenado por la pérdida de su armadura, mando llamar a su madre Tetis quien le trajo una nueva armadura. Aquiles se reconcilió con Argamenón y regresó al campo de batalla. Tras haber matado a muchos troyanos y sobrevivir al ataque del río Escamandro, Aquiles pudo finalmente encontrar a su principal adversario, Héctor.
Finalmente, ambos héroes se encontraron y tras dar tres vueltas a la muralla de Troya, se enfrentaron cara a cara. Aquiles envió su lanza a la garganta de Héctor y posteriormente lo sometió a numerosas vejaciones para vengar la muerte de su hermano Patroclo.
A continuación, Aquiles organizó un funeral por su hermano. Los restos de Patroclo se pusieron en una urna y se enterraron en un montículo. Cada día, al alba, Aquiles arrastraba el cuerpo de Héctor alrededor del montículo. Príamo, padre de Héctor, se dirigió al campamento de Aquiles para pedirle que enviara el cuerpo de Héctor a Troya para poderle hacer un funeral por su muerte. Aquiles se conmovió y aceptó su súplica.
Aquiles tenía un punto débil, y era conocido por los dioses, Apolo sería el encargado de guiar la flecha de Paris, que se fue a dar al talón, privando al héroe de su luz. Tras la muerte del guerrero más grande, los griegos decidieron aplicar la astucia para tomar Troya.
Es aquí donde cambiamos de protagonista y la astucia de Odiseo se roba las páginas de la Iliada. Casi todo el mundo conoce la leyenda del Caballo de Troya: los griegos, que asediaban la ciudad de Troya, construyeron un enorme caballo de madera, se metieron en él y dejaron que los troyanos, pobres ingenuos, lo introdujeran dentro de la ciudad creyendo que era un regalo. Los griegos habían quemado sus tiendas y les hicieron creer que Troya ya no sería tomada.
Al caer la noche, los griegos salieron del caballo y se unieron a sus compañeros que llegaban en barcos. Posteriormente, los troyanos despertaron para encontrarse su ciudad en llamas. Entre los pocos que consiguieron escapar de las llamas estaba Eneas, hijo de Anquises y Afrodita. Avisado por su madre, abandonó la ciudad con su hijo Ascanio y su anciano padre, llevándose con él los dioses de Troya. Finalmente, Eneas llegó a Italia donde fundó una nueva Troya más grande.

La Odisea, o el gran regreso a casa

Con sus doce naves, Odiseo emprende la vuelta al hogar y realiza su primer desembarco en el país de los Cícones, donde toma la ciudad de Ísmaro. Sólo perdonó la vida de uno de sus habitantes, Marón, que en agradecimiento le regaló un vino que le fue muy útil en la tierra de los Cíclopes. En el país de los Lotófagos, se les obsequió con el loto, un fruto exquisito que provocaba el olvido. Odiseo tuvo que llevarse a la fuerza a los marineros que lo habían probado. Luego llegaron a la tierra de los Cíclopes donde Polifemo sorprendió a Odiseo y a algunos de sus compañeros dentro su gruta y los capturó taponando la entrada con una enorme piedra. Para escapar, Odiseo emborrachó a Polifemo con el vino que le había regalado Marón y después le cegó su único ojo. A los gritos de Polifemo aparecieron otros Cíclopes, pero como Odiseo le había dicho que se llamaba "Nadie", cuando los otros Cíclopes le preguntaban que le pasaba, él les respondía que le había cegado "Nadie". Por lo que pensaron que estaba loco y se marcharon. Después, todos los marineros salieron colgados de la parte inferior de las ovejas que el Cíclope tenia en su cueva y a las que dejaba salir a pastar de una en una palpándoles los lomos, para que no se escapasen los prisioneros, aprovechándose de la ceguera que le habían provocado. Una vez en el barco, en un acto de orgullo, le gritó a Polifemo que había sido burlado por Odiseo de Ítaca y el Cíclope invocó a su padre, Poseidón, pidiendo que castigase al héroe. Por lo que a partir de aquel momento Odiseo se ganó el odio del dios del mar. En Etolia, fueron agasajados por Éolo, dios del viento. Les entregó un odre que contenía los vientos, pero la tripulación pensando que se trataba de tesoros, abrió el odre. Se desencadenó una ventisca que les arrojó de nuevo a las costas de Etolia, pero avisado de la oposición de los dioses, Éolo se negó a ayudarles otra vez. Después llegaron a la tierra de los Lestrígones, que eran antropófagos. Este pueblo, con el rey Lamo a la cabeza, destruyó once de las doce naves de Odiseo. La única nave que le quedaba a Odiseo llegó a la isla de Eea, donde la maga Circe metamorfoseaba en animales a todos los extranjeros que llegaban a sus dominios. Con ayuda de una hierba que le da Hermes, Odiseo consigue que Circe devuelva su verdadera forma a sus compañeros. Se une a Circe, con la que tiene a Telégono. Por consejo de Circe, acude al bosque de Perséfone para consultar al alma de Tiresias el futuro. Una vez allí, siempre según las instrucciones de Circe, sacrifica a un carnero joven y a una oveja negra. Las ánimas acuden a beber la sangre del sacrificio, pero Odiseo no les permite beber hasta que llega Tiresias. Odiseo vuelve a Eea, donde le rinde honras fúnebres a Elpenor. Después parte hacia Ítaca, no sin que antes Circe le aconseje como enfrentarse a los monstruos que le esperan a lo largo del camino: las Sirenas, Escila y Caribdis. Las Sirenas eran monstruos mitad mujeres, mitad aves, que con sus cantos atraían a los marineros hasta unas rocas donde los barcos se estrellaban y los navegantes eran devorados.
Odiseo, según las indicaciones de Circe, taponó los oídos de sus hombres con cera de modo que no oyeran los mágicos cantos. Sólo él, que deseaba oírlas, no se los taponó, pero tomó la precaución de pedir a la tripulación que le atase fuertemente al mástil. La leyenda cuenta que tras este fracaso las Sirenas se sumergieron en el mar. Tras combatir a las Sirenas, llegaron al estrecho de Mesina, en uno de sus lados habitaba Escila, en el otro Caribdis. La primera era un monstruo con la parte superior de mujer y una parte inferior de la que le salían seis medios perros. Para evitar a Caribdis, se acercaron demasiado a Escila y el engendro consiguió capturar y devorar a seis de los hombres de Odiseo. Luego atravesaron las rocas errantes, que permanecían quietas desde que las habían logrado cruzar los Argonautas.

Llegaron a Sicilia donde pastaban los rebaños de Helio, dios del sol. El adivino Tiresias, había advertido al héroe que no tocasen las vacas del sol. Sin embargo, el hambre hizo que la tripulación desobedeciese a Odiseo y, mientras su jefe dormía, matasen a unas cuantas. Cuando se hicieron de nuevo a la mar Helio se había quejado a Zeus, que como castigo les envió directos a las fauces de Caribdis. Esta última, provocaba un inmenso remolino que todo lo succionaba. Sólo Odiseo, que no había probado las vacas de Helio, se salvo de ser engullido. Permaneció el héroe durante nueve días asido a un trozo de mástil, navegando a la deriva. Nuestro naufrago llegó a la isla de Ogigia, donde habitaba Calipso. Enamorada de él, lo retuvo durante años hasta que apareció Hermes con el encargo de Zeus de que dejase partir al héroe. Con ella engendró a Nausítoo y a Nausínoo. Por desgracia, las iras de Poseidón contra el héroe no habían cesado. El dios del mar provocó una tempestad que destrozó la embarcación de Odiseo y hubiese perecido si no hubiera contado con la ayuda de la diosa marina Leucótea. Esta diosa, transformada en gaviota, le entregó un velo con el que Odiseo se envolvió y que le mantuvo a flote. Desnudo y agarrado a un madero, llegó en las costas de Esqueria, la actual Corfú. Fue descubierto por Nausícaa, hija de los reyes feacios Alcínoo y Arete. Estos soberanos, compadecidos por las peripecias del héroe, enviaron un navío hasta la cercana Ítaca para llevar a Odiseo de regreso a su patria. Una vez en Ítaca, los marineros depositaron dormido a Odiseo en la playa, junto a los valiosos regalos de Alcínoo. Poseidón molesto con los feacios por la hospitalidad que mostraron a Odiseo, convirtió al barco junto a sus tripulantes en piedra. Incluso se decía que había taponado los puertos de Esqueria, arrojando una montaña entre ellos y el mar.
Tras veinte años de ausencia cuando Odiseo despertó, al principio no reconoció su país natal. Después Atenea le indica que se dirija a la casa del porquero Eumeo. Telémaco aparece en la cabaña de Eumeo y los tres se ponen de acuerdo para expulsar a los pretendientes de Penélope.
Disfrazado de mendigo, Odiseo acude a su palacio. En el camino se topa con el cabrero Melancio, que le propina un puntapié a Odiseo, al que por prudencia el héroe no responde. Sólo su perro Argo, lo reconoce, pero muere a sus pies al verlo. Por indicación de Atenea, Odiseo se mezcla entre los pretendientes pidiendo limosna para conocer sus corazones. Ellos se burlan de él y Antínoo, le incita a luchar con el mendigo Iro, para ganarse un puesto en el banquete. Odiseo le vence de un solo golpe.

Cuando los pretendientes se retiran, Telémaco y su padre esconden las armas de la sala. Al saber que en su palacio hay un mendigo extranjero, Penélope le llama por si puede darle noticias de su esposo. Ella no le reconoce, pero si la vieja nodriza de Odiseo, Euriclea, pues descubre la cicatriz que el héroe se hizo durante una cacería con su abuelo, Autólico. Con una señal, Odiseo, le ordena que guarde silencio.
Al día siguiente, Telémaco anuncia que su madre se casará con aquel que emule una hazaña realizada por su padre tiempo atrás. La prueba consiste en hacer pasar una flecha a través de doce anillos de hacha, con el arco que Ífito le regaló a Odiseo en su juventud.Sólo Odiseo logró repetir la hazaña, los pretendientes ni siquiera lograron tensar el arco. Después Odiseo, Telémaco, Eumeo y Filecio se enfrentaron a los pretendientes matándoles a todos menos al heraldo Medonte y al bardo Femio,
Por fin Odiseo se reúne con Penélope y con su padre Laertes, retirado en el campo desde su partida. Pero aparecen los familiares de los pretendientes, pidiendo justicia. Surge Atenea y pone paz entre ambas partes.

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