Jean Paul Sartre-- El Existencialismo es un Humanismo
Un análisis del existencialismo es un estudio muy complicado, que exige ciertos preparativos previos. Debemos de estudiar quién es un filósofo y qué corrientes de pensamiento promovía o apoyaba. El ensayo de Sartre nos brinda la oportunidad de conocer mucho de la filosofía del existencialismo, considerando que estamos ante un escritor que él mismo fue uno de los principales exponentes de esa filosofía. El ensayo titulado "El Existencialismo es un Humanismo" es una de las obras más representativas del existencialismo, a la vez que resulta ser una de las obras más defensoras del mismo.
Este ensayo del filosofo francés Sartre, es un manifiesto en el que él expresa las convicciones existencialistas, que fueron muy popularizadas por él en Europa después de la Segunda Guerra Mundial. El primer párrafo del ensayo lo declara así: "Quisiera defender aquí el existencialismo de una serie de reproches que se le han formulado".
Según Sartre, todos han perseguido al existencialismo, los religiosos, los marxistas y otros. Este ensayo es una apología o defensa del existencialismo, desde el punto de vista de Sartre.
Según Sartre el hombre es ante todo una posibilidad. Su posibilidad de ser. De nadie puede decirse que es sino después de muerto. Mientras viva, un individuo es una posibilidad en desarrollo, viva, cambiante. Y esto se debe a que existir no es otra cosa que ser un ser posible.
Por ello mismo puede pensarse, en el existencialismo, que Dios no existe en tanto que eterno, perfecto e infinito, estático, no requiere de ninguna posibilidad. Sartre lo expone así en su ensayo:
"El existencialismo ateo que yo represento es más coherente. Declarar que si Dios no existe, hay por lo menos un ser en el que la existencia precede a la esencia, un ser que existe antes de poder ser definido por ningún concepto, y que este ser es el hombre, o como dice Heidegger, la realidad humana. ¿Qué significa aquí que la existencia precede a la esencia? Significa que el hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el mundo, y que después se define".
Al llegar a Sartre, y particularmente con él, se pensó para explicarle al hombre la importancia de la elección y también para liberarlo, aclarándosela, del peso de responsabilidad que ésta conlleva. Porque está bien claro que sin elección no se existe y se existe, casi que exclusivamente, para elegir. Existir es ser un ser que se elige a sí mismo. El hombre, único existente, es el ser que elige su ser; es el ser que tiene que elegir a cada instante. Porque es elección de sí mismo, elige esto o aquello, y no puede no elegirlo. Así como es posibilidad y por eso tiene esta o aquella posibilidad determinada, de la misma manera es elección y hace esta o aquella elección determinada. Y lo que elige son sus posibilidades; y se elige proyectándose hacia esto o aquello. Toda la existencia es una elección constante; pero no es sólo elección la elección consciente y deliberada; nuestros impulsos más secretos, nuestras tendencias más oscuras, son, también, elección. Veamos el ejemplo de Sartre:
"Si en efecto la existencia precede a la esencia, no se podrá jamás explicar por referencia a una naturaleza humana dada y fija; dicho de otro modo, no hay determinismo, el hombre es libre, el hombre es libertad".
El hombre, ser que se crea a sí mismo, se crea eligiéndose y eligiendo sus posibles; si no los eligiese, no se crearía a sí mismo, y serí a creado por las posibilidades que actuarían sobre él desde fuera. Elegimos todo lo que somos, y somos eso que elegimos; y eso que elegimos lo elegimos creándolo, no escogiéndolo dentro de un juego ya dado de posibles. Pero ahora viene, en su preciso momento y con justa causa, la fórmula mágica tan querida por Sartre y que se refiere a la obligatoriedad de ser libres en tanto existamos: Existir es ser un ser libre. Conocer el concepto de libertad en el marco del existencialismo es adentrarnos en la esencia misma del existencialismo de Sartre y es también comprender de qué manera Sartre le dio una vuelta a esta filosofía y la empujó hacia un estadio de politización y responsabilidad social que la hizo abandonar el individualismo, ese lloriqueo personal y egoísta que popularizó la trágica de la "angustia existencial" que comenzó con otros filósofos anteriores (Kierkegaard, etc.).
Sartre decía que el hombre es ante todo posibilidad, es un ser posible y además creador de posibilidades y siendo una posibilidad en concreto antes de las otras posibilidades que puede fabricar, es por ello mismo libertad. Ahora bien, esa libertad, contrariamente a lo que podría pensarse, no le otorga automáticamente tranquilidad, sosiego, bienestar; por el contrario, esa particularidad, ese principio de libertad intrínseca le obliga a ser más cuidadoso consigo mismo por cuanto le ofrece una inmensa diversidad de opciones para elegir y lo lleva también a curarse de sí mismo. Lo coloca en un mundo de posibilidades obligándolo a elegir una y otra. Y esa elección, aparte de esclavizarlo, lo angustia, lo obliga a esmerarse por su ser, aunque en ciertos casos lo vuelve responsable en tanto que lo lleva a ser mejor, a perfeccionarse, a ser perfecto como Dios, desde luego, sin lograrlo nunca, lo que hace decir a Sartre que el hombre es un dios fracasado.
Al hablar de los que significa para el existencialismo la responsabilidad del hombre, hay que decir que este sistema filosófico al afirmar que el hombre es el único responsable de su propio ser, además, le está adjudicando un sentimiento de culpa derivado de esa misma responsabilidad a la que está atado en razón de la libertad que conlleva su propia existencia. El ser así es en sí mismo culpa, aunque él mismo no haya elegido ser, ya que lo que ocurre es que el hombre es el ser que elige y que se elige y que, eligiéndose, debe asumirse. Siendo, pues, en este mundo, somos culpables en él. Somos actores en el mundo, y como tales, somos lo bueno y lo malo que pueda ocurrirnos.
Muchos han considerado al existencialismo como una doctrina pesimista, que surge de la desesperación que el hombre europeo experimentó después de la Segunda Guerra Mundial, pero Sartre consideraba al existencialismo como una filosofía optimista: "no hay doctrina más optimista, puesto que el destino del hombre está en él mismo" (El Existencialismo es un Humanismo, página 31).
Uno de los problemas más grandes que ha enfrentado el existencialismo es el problema de la moral. Siempre se habla de que el existencialismo destruye la moral, y las peores objeciones que se le han hecho provienen del campo de la moral (religión y ética). Consecuentemente, si no existe una regla absoluta para la moral, entonces se puede hacer todo lo que a uno le da la gana. Esta es la lógica que se utiliza contra el existencialismo. A esto Sartre responde con unas palabras que parecen estar impregnadas de pragmatismo 1 :
"Pero sin embargo se puede juzgar, porque, como he dicho, se elige frente a los otros, y uno se elige a sí frente a los otros. Ante todo se puede juzgar (y éste no es un juicio de valor, sino un juicio lógico) que ciertas elecciones están fundadas en el error y otras en la verdad. Se puede juzgar a un hombre diciendo que es de mala fe... todo hombre que se refugia detrás de la excusa de sus pasiones, todo hombre que inventa un determinismo, es un hombre de mala fe".
El existencialismo es un tipo de humanismo que por su naturaleza innovadora tuvo muchos enemigos y fue objeto de varias críticas. En este ensayo J. P. Sartre trata de defenderlo de sus críticos, pero en realidad se necesita más explicaciones porque el ensayo deja muchas dudas acerca de varios temas. La forma de expresar de Sartre en este ensayo no es tan clara, pero a juzgar que es un texto de filosofía, hay que reconocer que quien lee este libro ya debe de tener alguna preparación en el campo de la filosofía. La importancia de Sartre es que él fue uno de los máximos exponentes del movimiento existencialista que tuvo mucho auge en la Europa de la Postguerra (II Guerra Mundial).
viernes, agosto 11, 2006
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