miércoles, marzo 29, 2006

Koj Parte V

V

Era su cumpleaños número treinta, el cabello le había crecido, y los chicos de la barriada le llamaban Koj, que en una forma antigua del persa significaba distraído, tal como ese viejo maestro le decía. Había recorrido doce mil kilómetros, viviendo aquí y allá, siempre en medio oriente. Su poderes habían aumentado considerablemente, si se concentraba los suficiente podía contar todos los gránulos que componían una roca, o los granos de arena de una playa. Podía sentir los flujos vitales de una persona, curar heridas y provocar daño también. Muchos chamanes conocían a la Orden y tuvieron la generosidad de enseñarle, hasta ahora había escapado del acoso que el Abismo estaba imponiendo a los otros grupos. El año era mil ochocientos cuarenta y cinco, O´Keffe sólo quería hacer una cosa, mantener la mayor distancia posible con su isla. Así que decidió partir exactamente en la dirección opuesta. El centro de África seguía siendo un secreto y hacía allá debía partir.
Había escuchado de una poderosa chamán llamada Nuala, era la elegida de su tribu para hablar con los dioses, quizás ella podría ayudarlo a romper el laberinto en el que parecía estar encerrada su vida.
Llegar hasta ella era más complejo de lo que parecía, aún así el continente más antiguo parecía mucho más acogedor que el resto del mundo, sabía que los ingleses destrozarían el lugar, si no lo hacían ellos lo harían los franceses o los belgas, o cualquier otro con la fuerza para hacerlo, el mundo giraba en torno a ese poderoso elemento llamado fuerza.
Los guías le condujeron hasta la villa, parecía que la vida misma brotara de los ojos de la gente, no hablaban ninguno de los idiomas que conocía, y ninguno de sus poderes le servían para poder entenderlos, los guías no se quedarían.
Los niños le rodearon, bailando, jugando. No pudo evitar el sentirse alegre, por primera vez en seis años. Ellos tomaron sus manos, y le condujeron a una vieja choza. En ella una pequeña de diez años jugaba con tres pequeños huesos de animales.
-Hola. – Dijo sin perder de vista los huesos.
-Hola, busco a Nuala.
-Ya sabemos eso. – La niña soltó una pequeña risita. – Te crees tan inteligente y seguro, pero no sabes lo que buscas. Bueno, no quiero tratarte mal, soy Nuala.
-Ahora si he sido engañado, me interno el continente más peligroso por una niñita.
-¿Es un continente peligroso? ¿Quién lo dice? Mira grandote, soy Nuala, y tu eres, al menos en parte, Koj. Las arañas son arañas y las moscas, pues moscas, todos somos los que nos toca ser ¿Qué quieres?
Un suspiro se le escapó, pero O´Keffe contestó la pregunta:
-Busco no ser yo… quiero ser libre.
-Vamos a compartir un sueño…
La chica llevó su mano a la frente, él pudo sentir como penetraba la esencia misma de su alma. Miles de ríos sin nombrar corrían entre ambos seres, el espacio que les separaba se sentía cargado, el caos y la vida, la luz y el amanecer más tembloroso, todo junto en las puertas de la razón.
Nuala entraba en los rincones más oscuros del extraño europeo. La líneas de su voluntad parecían conectarlo a cada fibra vida del planeta, pero no era una señal de orden, más bien todo lo contrarío, ya había sido expuesto a caos más puro, incluso a fuerzas entropicas, alguien estaba jugando con su mente.
-Dime, sé que puedes contar las gotas de lluvia, viajar entre planos dimensionales, incluso manipular la realidad, pero ¿qué te queda si eres incapaz de sentir a los demás? Eres un ser sin amor Brandon O´Keffe, último de la Orden Esmeralda.
-No es verdad… ¿último?
-Me das la razón al preguntarme… no puedes esconderte de una visión, es como huir de una sombra. Piensa en tu vida, como la vida de una crisálida, todavía no está completa, y estás escapando porque le tienes miedo a ese cambio.
-¿Tan fácil es leerme?
-No, pero piensa, no ves que tu vida es una serie de ventanas, pequeños recuerdos inconexos, debes conectarlos si quieres de verdad recuperarte a ti mismo, debes completar los círculos. Buscar tu propia realidad, ahora sólo estas parado en arena movediza. No puedes escapar al dolor, el parto trae dolores, no te puedo decir que viene para ninguno de los dos.
Nuala detuvo el ritual, había llegado muy lejos, su mente ya había comenzado a dañarse por el flujo entropico de su poder. Ambos podían perderse ahí:
-Tu mente, la energía que la compone, tu voluntad, está flotando entre los pozos de la locura y este plano, le perteneces a la locura, y eso es porque tu se lo has permitido. Cruza la puerta del miedo final, tu propia puerta. Pude ver a una dama, muy antigua, solitaria. Ella muere, o esta muriendo, angustiada en la soledad, la traición, ella espera tu regreso, espera tu entrega. También puedo ver al Abismo, está muy cerca de ti, busca imponerse, lo conseguirá, pero nosotros seguiremos en pie.
-Nuala… cuando compartíamos el sueño, también pude ver algo tuyo.
-Ya lo sé… guárdalo, por más terrible que sea, debe de servir a alguien, ya cruzaré mi propia puerta, cuando llegue el momento, si sabes lo que buscas, nunca te pierdes.
Ambos salieron de la tienda, un pequeño tornado se formaba en la lejanía.
-Es un camino duro el tuyo. – Nuala dijo mirando el suelo. – Pero eso son los mejores caminos.
-Un billón setenta y tres.
-¿De qué hablas?
-Las arenas.
Esta era una ventana que terminaba sin sonido alguno, excepto quizás el breve sonido que hacen las palmas de dos amigos al despedirse.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

O.O grax maestro wenisima esta parte... espero ver la 6ta luego

jlflores dijo...

ya verás

Anónimo dijo...

Muy bueno el texto e interesante, me encanto, grande maestro. ;)

jlflores dijo...

gracias!!