lunes, noviembre 05, 2007

El Bosque que tiembla, otro poema de esos.

Estamos en el bosque, ahí donde
aún existe la palabra bosque.

Los árboles negros recuperan
su confianza:

Se recuerda, temblando, una hoja
del Lobo y Caperucita Roja;
del canto de los enanos
del Rey de barbas de diamante
habla la eufórica vida
donde el eco perdura;
cuenta el pasto que fue alfombra
lecho de amantes,
también lo fue para Pan,
ya saben,
del dios de las patas de chivo...

una voz dolorosa dijo: "Ella,
la Diosa, el Ídolo ha pasado"...

pensando en su estrella
el negro bosque
recupera su silencio.

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