martes, noviembre 06, 2007

La Triste, pero Fantástica Historia del Niño Tortuga y la Chica Pájaro.

Capitulo V, sigo en el XX no he tenido tiempo de escribirla mucho, es por eso que las novelas son como hacer ejercicio, requieren disciplina. Pero para esta, lo estoy pasando muy bien. Solo me siento salen pabalabras que hacen reír, es una novela de ficción pero si lees bien se trata de este mundo y de otros que conocemos.

Capitulo dedicado a mr Rick por su apoyo.

V

Grushon estaba extremadamente nervioso, la orden había regresado de su charla sobre los burros, y no estaban nada felices, de hecho se sentían algo estafados. La orden de la Torre Púrpura no era lo que se podría esperar de una orden religiosa, eran altamente científicos, aunque tantos años de claustro había hecho que su ciencia corriera la menos diez años atrás que la del resto del mundo, la verdad que ahora que lo pienso no puedo pensar en una gran utilidad a la orden, excepto por que guarda viejos tomos y saben hablar idiomas que nadie más tiene el tiempo de aprender. Antonin, el gran gusano, sabía muy bien todo esto, pero los necesitaba, en parte para no tener toda la culpa el solo, si es que se equivocaba.
El hermano superior era Gywan, un hombre que solía reír mucho y ser gran narrador de historias, claro todo eso antes de ser hermano superior.
-Si el Abad estuviese aquí. –Sentenció tratando de sonar certero.
-Si su Abad estuviese aquí vería el peligro de lo que sucede. – Dijo Antonin.
-¿Ahora recibimos ordenes de una lombriz?
-Gusano.
-Lo que sea.
-Y no estoy ordenando, es el gobernador quien quiere este asunto aclarado, el futuro de Bajo Raíz, y quizás del universo, está en juego. Sin contar con los seres que ya están siendo afectados por las acciones que se desencadenaron hace veintidós años. Nuestra cosmología está amenazada, y con ella el firmamento.
Grushon era joven pero no estúpido, al menos no del todo, sabía que esto era una emergencia real, no se resolvería con discusiones, debía hablar:
-Yo iré al mundo banal, encontraré al Niño Tortuga.
-¿Sabes que hacer allá arriba? Recuerda que fue el comportamiento de dos ciudadanos borrachos lo que empezó todo esto. – Interrumpió Gywan.
-Yo voy con él. – Dijo Antonin. – Ya he estado arriba y puedo ser invisible si es que quiero, además necesitará un filosofo para entender todo eso que atacará su cabeza.
-Gywan, ¿con autorización de los políticos?
-¿Quieres esperar dos años?
-No.
-Entonces este es un secreto, salvaremos el mundo y nadie lo sabrá, como de costumbre.

Las calles de Bajo Raíz estaban cargadas de tristeza, al menos eso le parecía a Antonin, amaba cada rincón de la ciudad, ver los sorprendentes rostros y formas de sus habitantes, alejarse de ella, para entrar a un mundo donde sus habitantes morirían al sólo verlo hablar, no sonaba un prospecto muy divertido; es verdad había estado arriba, pero sólo para saber lo malo que era, lo limitado que era.
Cuando llegó al barrio de los cien rostros, donde viven las hidras, pidió una sopa de ojos, pidió algo más de ají rojo, y bebió. La dueña del boliche, una no muerto de buen aspecto, se le quedó mirando.
-¿Eres un filosofo?
-Soy culpable de eso.
-Entiendes de todo, ¿no es así?
-No, en realidad sólo sé reconocer mis ignorancias. Eso después de muchos años de estudio.
-Se hubiese ahorrado la molesta, yo sé que no tengo idea de nada,
Sólo sonrió y siguió bebiendo su sopa. Sobre su cabeza, un buitre se encumbraba tan alto que sólo podían verse sus alas, manejando lentamente sobre las corrientes, sabía muy bien que habían muchos mundos más interesantes que visitar, pero ya estaba viejo, y los viajes habían agotado su cuerpo, su vista y también su capacidad de asombro; lo que era curioso, pues Grushon era absolutamente pura capacidad de asombro, cuando apareció junto a él, vestido como civil, ya sin túnicas, ni nada que dijera que era un monje, bueno casi nada, seguía calvo, pero eso era más lento de remediar para un humano.
La dueña del lugar miró con desprecio al pobre monje, muchos no muertos despreciaban a los humanos, como seres inferiores, que no conocían la virtud de morir y el milagro del segundo nacer, pero no importaba, Grushon no era de los que desanimara fácilmente.
-Nos vamos, la orden tiene listo el transporte.
-Sí, saldremos en cuanto termine esta sopa, no puedes saborear algo así allá arriba.
-Gracias a dios.
Antonin sonrió sólo eso.

La familia Van Masterberg era un asunto complejo, aún dentro de la ya enmarañada sociedad de los gusanos. Eran un grupo cerrado de filósofos nobles, de dinero antiguo, grandes casonas sobre, bajo y dentro de la tierra. Todos, menos claro la familia de Antonin, su padre, había sido un aventurero que recorrió al menos tres continentes en toda su extensión, el problema es que contrajo una infección en uno de sus corazones, lo que le costó una vida de tratamientos que superaron las arcas familiares, finalmente los costos sobrantes fueron pagados por el tío de Antonin, el gran Wurmfall; el pensador más grande de todos los tiempos. Lástima que según la ley gusana, ahora todas las creaciones de Antonin y su familia eran para el gran tío. Y así fue como empezó una vida de servicio, misma que terminaría sólo hasta uno pocos meses, y no de forma muy decorosa. Para que entiendan lo imponente que es el tío en cuestión, imaginen doce metros de gusano, de seis toneladas, y con un ingenio capaz de hacer llorar a los dioses. A pesar de todo esto, esa era una relación rota, ¿por qué? Sencillo, lo único que Antonin realmente respeta es el pensamiento, lo que se contraponía a lo ocurrido una vez que el consejo de ambos filósofos fue solicitado por un Alto Duque Elfo en una disputa con los nativos del desierto, pues estaba claro que los nativos tenían derecho a vivir en sus tierras, pero el tío ordenó que se fallase por quién tenía más dinero, pues sí más dinero tenían era porque los dioses los amaban, entonces eran mejores. Ese razonamiento absurdo lo hizo despedirse una noche de su ciudad natal, emprendiendo un nuevo rumbo, a la gran ciudad de Bajo Raíz. Un prófugo intelectual, si se quería clasificar de alguna forma a este desertor. Por eso sentía algo de pena por el buen Grushon, así que se cuestionó el mantenerlo en la ignorancia, por unos segundos; pero la ignorancia le hacía bien, al menos por ahora.

El viaje fue corto, un momento estaban en la realidad, al otro estaban en la dimensión más descabellada que alguien podía imaginar. Grushon no podía cerrar la boca, asombrado, el color antinatural del cielo, los olores.
-Esto es un mundo esfera.
-Así es, encerrado en una gran burbuja, nada sale, nada entra. Esa es la ley acá, mira desde ahora sólo me comunicaré contigo telepáticamente, la gente aquí no es aún más ignorante que tú.
-Eso es sorprendente.
-Así es.
Las calles se abrían frente a ellos, era una noche profunda, de esas que no dejan muchas posibilidades a la imaginación, ya que todo lo misterioso que podía ocurrir, realmente estaba ocurriendo.

1 comentario:

0x0xrickx0x0 dijo...

bueno primero lo saludo Maestor JSFlores segundo me gustaria q viera laexpresion de mi cara al momento de leer la dedicatoria, gracias , espero seguir apollandolo yaq pienso q asi le doy animos para q continue estas fantasticas historias q me gustan tanto no solo ami sino q a muchos mas y bueno xD tan MR. no soy solo tengo 17 años xD y bueno la vez pasada lepregunte por si estaria envacaciones porq mi tio no me traera el libro de Alicia asiq creo y espero poder viajar en esas fechas desde Calama a Santiago y comprar el libro y q usted me lo autografie :D

bueno me despido

Bye

,.,.,.,.,.0x0xrickx0x0.,.,,..,,.