viernes, junio 29, 2007

Una conversación con Margarito




Es un gusto poder compartir con Margarito, el rey de los hombres lobos, esta noche de luna llena, bueno queremos que se presente ante nuestra curiosa audiencia:

- Bueno mi nombre es Margarito Gerbacio Lupazo, soy uno de los personajes de ALICIA LA NIÑA VAMPIRO.


- Ya veo, pero cuentenos, ¿qué lo define a usted?


-¿Definirme? Pues el hecho de ser un hombre lobo te da muchas perspectivas, como encotrarse con seres que te pueden odiar por que simplemente no eres como ellos.


-¿Ha sido descriminado?

-¿No has visto esos letreros? "No se aguantan licantropos", "no se admiten mascotas" y esas cosas. Pues sobran... y están los cazadores que te quieren usar como alfombra, buenoo es duro como ha visto ya.

-Veo que ser un hombre lobo requiere fortaleza.



-Ser cualquier cortaleza requiere fortalez estos días, mi amigo.


-Hableme de Alicia y el segundo libro.

-No hay mucho que pueda decirte, sólo que será una gran revolución, no porque la gente se vuelva loca en las calles o algo así, lo que nunca debe descartarse; pero este libro cambiará muchas vidas, si no la de los lectores, quizás la de nosotros, los actores.

-¿Quiere decir algo sobre sus fuentes de inspiración?

-¿Las mías? pues bien, Long Chaney Jr, que saldrá como invitado en este libro, es una gran inspiración. Chewbaca también es un ejemplo. Literariamente cito mucho a Camus, Sartre, incluso Kirkeergard me ha servido para dar forma a este personaje, o mejor dicho, lo que soy ahora, la licantropia no es una cosa que tomas y dejas.

-Así es, muchas gracias y nos vemos en la próxima.

-Hasta luego.

miércoles, junio 27, 2007

Aperitivo de ALicia II


Rapsodia Sepulcral


Esqueleto se
enamoró de una
estrella negra;
la cual guardó
bajo su pecho
como su tesoro
más grande

hasta que un día ella
dijo:
las estrellas al cielo
y ahí debo volver,
no puedes atarme
a la tierra

y al cielo
fue devuelta

la tristeza consumió
al pobre esqueleto

y tanto fue el dolor
que decidió
comenzar a vivir

martes, junio 26, 2007

Salomón y Asmodeus




La tradición judía relata que cuando el rey David se encontraba en los umbrales de la muerte, llamó a su hijo y sucesor, Salomón, para la despedida final. Salomón era joven, inexperto y estaba muy preocupado por la corona que pronto sería suya. Le rogó a su padre que le dejara algo que pudiera serle de ayuda en tiempos de crisis. Su padre le dió un joyero que contenía una moneda. "Cuando te encuentres en aprietos", dijo David, "abre este estuche y mira la cara de la moneda. Pero cuando te encuentres en la cima del bienestar, vuelve a abrirla y dale la vuelta y mira el lado opuesto. Que Dios sea contigo, hijo mío". Y murió.

Los años pasaron y Salomón se encontró asediado por problemas graves. Entre los altos rangos de sus oficiales mayores se gestaba una rebelión. Las varias esposas con las que había casado le exigían opuestos caprichos, llegando incluso a construir altares para los dioses extraños que en sus países de origen acostumbraban a idolatrar. El inmenso peso económico y logístico de construir el primer Templo para el Dios de Israel era casi imposible de resistir.

Salomón estaba abatido y apesadumbrado cuando recordó el consejo de su padre y abrió el joyero. En la cara de la moneda leyó las palabras hebreas: Gam zeh ya'avor que significan "Esto también pasará". Se sintió profundamente reconfortado por el mensaje y volvió a tomar el control de su destino con confianza y decisión. Se superaron los obstáculos. Se disipó la rebelión. Se terminó el glorioso Templo de Dios, un Templo cuya gloria física y espiritual ensombrecía toda forma de culto pagano en Israel. Los barcos de Salomón surcaron los mares y trajeron gran prosperidad a su pueblo. Desde todos los lugares, los altos y los poderosos hacían peregrinaciones para rendir tributo a Salomón, a sus riquezas y a su sabiduría. Sentado en el cenit, Salomón olvidó las últimas palabras de su padre. No volvió a abrir el joyero.

Fue entonces cuando Asmodeo, Rey de los Demonios, golpeó la puerta de su corazón. Según la leyenda, Asmodeo había sido llevado encadenado ante el rey Salomón y convertido en su esclavo. Tener tanto poder sobre el Rey de los Demonios era otro logro supremo que enriquecía el orgullo de Salomón e aumentaba su sensación de ser invencible.


Sucedió que cierto día, el Rey le dijo a Asmodeo que no entendía cuál era la grandeza de los demonios, si el rey de todos ellos podía ser encadenado por un mortal. Asmodeo respondió que si Salomón le quitaba las cadenas y le prestaba su anillo mágico, podría probarle los poderes que poseía. Salomón aceptó. El demonio se puso de pie ante él, con una de sus alas tocando el cielo y la otra apuntando hacia la tierra. Tomó a Salomón, que le había entregado su anillo protector, y lo llevó volando a cuatrocientos kilómetros de Jerusalén, y luego se designó a sí mismo como rey.

Durante tres humillantes años, Salomón vagó por la tierra de Israel, viviendo con lo que le daban en las casas donde pedía de comer. Una y otra vez exclamaba: "¡Soy Salomón, Rey de Jerusalén!" Sus palabras provocaban burlas y risas estridentes. "El más sabio de todos los hombres" era ahora considerado un loco de atar. Era un castigo que le hizo prestar atención a una voz mortecina del pasado. Recordó la moneda y la leyenda: "Esto también pasará". Sintiéndose profundamente reconfortado por el mensaje, volvió a tomar el control de su destino y después de grandes luchas consiguió recuperar su trono y su riqueza. Fue entonces cuando otra vez en la cima de la gloria pensó de nuevo en la moneda y en su reverso. Si en los tiempos difíciles le había ayudado a superar todos los obstáculos cual podría ser el mensaje que la moneda encerraría para los momentos de gloria. Salomón abrió el joyero que su padre le entrego al morir, tomo la moneda le dio la vuelta y leyó: "Gam zeh ya'avor" , "Esto también pasara" y así fue como Salomón se convirtió realmente en el ser humano más sabio de todos los tiempos.

lunes, junio 25, 2007

Neron, Escena III

Escena III

(Nerón, Seneca, luego Epaphroditos)

Nerón

¿Por qué me llaman criminal? He dado todo por ellos.

Séneca

Es de sabios mirar sus errores, son los Senadores mi señor, lamentan la muerte Sexto Burrus, yo mismo lo lamento muchísimo.

Nerón

Claro que lo lamentas, eres un moralista, un estudioso del alma humana, tienes tiempo para horizontes, esperanzas, sueños y aspiraciones, en lo personal, eso me aburre un poco, te vuelves cansado.

Séneca

Es agradable saber que ya no te soy útil.

Nerón

Séneca, amigo mío, sigues siendo muy útil, lo que ya no eres es divertido. Sabes que estamos en una cuesta pesada de nuestras vidas, mi madre ha muerto, muy lamentable, y los políticos me hacen lucir como una caricatura, una burda imagen de tirano.

Séneca

No, has sido tú, que en estos ocho años te has consagrado a hacer una burla de ti mismo. Sé bien que Octavio mismo cometió crímenes para mantener el Estado,.pero tu sientes tal vergüenza de los tuyos que los haces parecer como los crímenes de un loco, y no tienes ese derecho, pues te eximiría de responsabilidad. Eres un hombre con el poder de manejar al imperio más grande que ha existido, estás en la silla de Alejandro, pero quieres parecer como un delicado griego que contempla los juegos todos los viernes.

Nerón

Veo que has leído mucho de mí.

Séneca

Todos lo hacen.

Nerón

Veo.

Séneca

Tus enemigos se agrupan entre los nobles, no son peligrosos, son soñadores, retículos pretendientes a tiranos, mucho más dañinos y peligrosos que tu. Por eso te he defendido con mi letra, brazo y garganta. Pero no hay texto que pueda salvarte de ese germen de demonio que tienes en el pecho, el tártaro te está mirando, y creo que quieres ser devorado.

Nerón

Has hablado con un emperador, con un dios si gustas, y te mantienes tan duro como siempre. ¿No extrañas esos años cuando Sextus y tú gobernaban todo con mi madre? Con sus pequeñas trasgresiones y su espíritu falsamente correcto. Mantuvieron al Estado en una gran mediocridad. No permitiré eso.

Séneca

Lo agradezco, quiero retirarme a Hispania, descansar. No volveré jamás a la vida política, ni a escribir, me iré a hablar con pájaros y amigos; mi fortuna se la obsequio al estado, para que cumpla tus sueños.

Nerón

Te lo concedo, pero te castigo a seguir siendo rico. Por ahora conservarás tus pertenencias, ¿crees que no veo que quieres ganarte al pueblo estando a su altura? No, vuelve a Hispania, nos veremos.

(Entra Epaphroditos)

Epaphroditos

¡Mi señor! Los hombres de bretaña se han levantado contra usted.

Nerón

Veo. Que Galba use sus fuerzas con ellos.

Epaphroditos

Mi señor, son héroes de la guerra contra Bodicea.


Séneca

Deberías negociar…

Epaphroditos

Los legionarios no estarán felices de matar romanos.

Nerón

Sus excusas de esclavos y eruditos no me sirven, ¿no pueden ver que son unos idiotas? Séneca vete antes de que decida castrarte en público. Epaphroditos, que Galba se haga su trabajo o lo ejecutaré.

(Séneca sale)

Epaphroditos

El viejo volverá

Nerón

Sabemos eso, pero ahora quiero dormir, ha sido un día muy pesado, y a esos héroes, todos muertos, y con ejemplar furia, no quiero que la región copie a los Judíos.

(Nerón sale de escena. Epaphroditos aguarda un momento)


Epaphroditos
Los artistas no deben gobernar…

(Sale de escena)

domingo, junio 24, 2007

Jason y los Argonautas




Jasón y los argonautas:

Jasón es un héroe tesalio. Aesón, su padre, era hijo de Creteo y de Tiro (la que fue amada por Poseidón). Fue despojado de su reino, el país de Iolcos, por su hermanastro, Pelias, hijo de Tiro y de Poseidón. No obstante, su hijo Jasón fue criado por el centauro Quirón. Llegado a edad adulta, Jasón dejó el Pelión y se presentó en Iolcos, cubierto por una piel de pantera, con una lanza en cada mano y el pie izquierdo sin sandalia. Pelias estaba celebrando un sacrificio; al ver a ese hombre, tuvo miedo, pues un oráculo le había aconsejado "desconfiar del hombre que no tuviera más que una sandalia". Jasón se acercó al rey y le reclamó el reino que, según decía, le pertenecía legítimamente.

Pelias, sin rehusar abiertamente, le pidió que antes trajera el vellocino de oro del carnero que antaño se habían llevado Frixo y Hele desde Grecia a Cólquida. Ese vellocino, como se sabía, se hallaba en un bosque consagrado a Ares, en Colcos, y el rey Aetes, hijo del Sol y de la Oceánida Perseida, lo había confiado a la custodia de un dragón maligno.

Pelias, al enviar tan lejos a Jasón, estaba convencido de que no volvería. Jasón aceptó la misión y empezó por pedir consejo a Argos, hijo de Frixo y Argos, por indicación de Atenea, construyó el primer gran navío, el Argos, capaz de llevar a Cólquida, es decir, al fondo del Ponto Euxino, a Jasón y a los compañeros que él eligiera. Esa nave se construyó pronto, en el puerto de Pagase, en Tesalia, con madera cortada en el Pelión, pero la pieza de proa era un trozo de encina procedente de Dodona (el bosque donde Zeus daba sus oráculos): proporcionado por Atenea, ese trozo de encina tenía el don de la palabra y podía profetizar.

Los compañeros no tardaron en afluir. Jasón retuvo a unos cincuenta. Las listas que dan los autores son diversas: no obstante, algunos se encuentran siempre: Orfeo, el músico, que había de marcar el compás a los remeros, Tifis, el piloto, instruido por Atenea, el adivino Idmón, los hijos de Bóeras, el Viento del Norte, Calais, Cetes, y luego Cástor y Pólux, y sus dos primos, Idas y Linceo. Heracles es nombrado a veces, pero el destino le prohibía ir a la Cólquida, y un episodio del viaje explicaba cómo se había detenido por el camino para buscar al joven Hilas, a quien amaba, y al que las ninfas de un manantial habían arrebatado cuando sacaba agua. El viaje comenzó bien. Los presagios eran favorables. La primera escala fue Lemnos, donde no había más que mujeres, pues estas habían matado a todos los hombres, que les habían sido infieles a consecuencia de una maldición lanzada por Afrodita.

Las Lemnianas fueron amables con los navegantes, y éstos les dieron hijos, fundadores de una raza nueva. Al pasar por Samotracia, los Argonautas se hicieron iniciar en los misterios de los Cabiros, que se celebraban en la isla. Luego, penetrando en el Helesponto, fueron recibidos favorablemente por los doliones y su rey Cícico, en el país de Cícica. Se hicieron a la vela, pero el viento giró durante la noche, y, antes del alba, estaban de nuevo con los doliones, que no les reconocieron, les tomaron por piratas pelasgos y combatieron con ellos. En el curso del combate, el rey Cícico fue muerto. Cuando se levantó el día, se reconocieron, quedaron desolados, y Jasón fundó unos juegos fúnebres en honor de Cícico. La etapa siguiente condujo a los navegantes a la costa de Misia. Allí fue donde se perdió el joven Hilas, y Heracles, partido en su busca, no volvió a tiempo para la marcha de la nave.

El Argos llegó entonces entre los bebricios, cuyo rey era Amico, que obligaba a los viajeros a luchar contra él en pugilato. Fue Pólux quien recogió el desafío y mató al rey, o, según otros, le hizo prometer que se conduciría mejor en lo sucesivo. Al día siguiente, la tempestad arrojó al Argos a la costa de Tracia, en el país de Fineo. Este era un adivino ciego, hijo de Poseidón, y los dioses le habían afligido con una maldición singular. Cada vez que quería comer.

Las Arpías, demonios alados, se precipitaban sobre él, arrebatando los platos y manchando el resto. Calais y Cetes, que eran alados, como hijos de un dios del Viento, se precipitaron en persecución de las Arpías, las alcanzaron y les hicieron prometer, por el Estigio, no importunar más a Fineo. Este, agradecido, les reveló el porvenir a los Argonautas; les aconsejó desconfiar de las Rocas Cianeas (las Rocas Azules), llamadas también Simplegadas (las Rocas que se chocan). Eran escollos que guardaban la entrada al Ponto Euxino, y, cuando una nave quería pasar, se precipitaba uno contra otro, para cerrar el paso.

Fineo dijo a los Argonautas que, antes de franquearlos, hicieran una experiencia: enviar por delante una paloma, que volara a través del paso; si ella lo lograba, la nave podría seguirla: si no, inútil obstinarse. Los Argonautas siguieron ese consejo. La paloma logró volar entre las dos rocas, que no le atraparon más que una pluma de la cola. Cuando los escollos se separaron, el Argos se lanzó a toda velocidad; franqueó el paso y no dejó en la aventura más que una tabla de popa. A partir de ese momento, las Rocas Cianeas quedaron inmóviles y el camino del Ponto Euxino estuvo definitivamente abierto. Tras una escala en el país de los mariandines, donde el adivino Idmón (que había previsto su muerte desde el comienzo) fue muerto en una cacería por un jabalí, el Argos superó la desembocadura del Termodonte y llegó a la Cólquida. El piloto Tifis había muerto poco antes. Le reemplazó en el gobernalle héroe Ancéo.
Medea:
Una vez en Colcos, Jasón expuso al rey Aetes el motivo de su llegada. El rey no rehusó a entregarle el Vellocino de oro, pero puso algunas condiciones: Jasón debía, ante todo, imponer el yugo a dos toros de cascos de bronce, regalo de Hefesto, que exhalaban fuego por las narices. Luego, con ayuda de ese tiro, debía arar un campo y sembrar los dientes de un dragón -el dragón de Tebas-. Nunca habría podido Jasón cumplir esas condiciones si no le hubiera ayudado la hija de Aetes, Medea, que había sentido por él una viva pasión. Ante todo le hizo prometer que la tomaría por mujer y la llevaría a Grecia con él, y luego, como era maga (igual que Circe, de quien era sobrina), entregó a Jasón un bálsamo con el que debía untarse antes de afrontar los toros, y le enseñó lo que había de hacer luego. Jasón, debidamente prevenido, logró domar los toros, arar el campo, y, cuando hubo sembrado los dientes del dragón, se apresuró a esconderse, pues de la tierra arada surgía una cosecha de hombres armados, con intenciones hostiles. Jasón, desde su escondite, lanzó en medio de ellos una piedra. Los guerreros se acusaron recíprocamente de haberla lanzado y se mataron entre sí.

No obstante, Aetes no cumplió su promesa; incluso intentó pegar fuego al Argos. Pero Medea, por sus sortilegios, durmió al dragón que guardaba el vellocino y se escapó con Jasón, en la nave, llevándose a su hermano pequeño, Apsirto. Aetes partió en su persecución. Para retardarle, Medea mató a su hermano y tiró sus miembros dispersos al mar. Aetes perdió un tiempo precioso recogiéndolos. Tras de lo cual, ya fue demasiado tarde para continuar la persecución.

Durante ese tiempo, el Argos penetraba por las bocas del Danubio (el Istros) y subía por el río. Por ese camino, llegaron al Adriático (la geografía de esta leyenda es bastante incierta). Zeus, en ese momento, levantó contra ellos una violenta tempestad. La pros del navío se puso a hablar y reveló que los Argonautas llevaban la pena del asesinato de Apsirto y que tenían que ir a hacerse purificar por Circe. El Argos subió por el Po (Eridan), llegó al Ródano y volvió a bajar hasta junto a Circe, en la isla de Aeaea. Circe purificó a Medea, pero se negó a recibir a Jasón. Y el navío volvió a zarpar. Guiado por la propia Tetis, por orden de Hera, atravesó sin obstáculo el mar de las Sirenas. Orfeo cantó para evitar a los marinos la tentación de escuchar el canto de esos pájaros maléficos, pero uno de sus compañeros, Butes, prefirió a las Sirenas y saltó al mar. Afrodita le salvó y le estableció en la región de Lilibeo (Marsala). Continuando su ruta, y atravesando el estrecho de Caribdis sin daño, el Argos abordó Corcira, la isla de los feacios. Allí los argonautas encontraron una tropa de colquidianos lanzados en su persecución por Aetes.

El rey del país, Alcinoo, rehusó entregar a Jasón y Medea, porque se probó que eran marido y mujer, y ya no dependían de Aetes. Apenas el Argos abandonó Corcira, una violenta tempestad le lanzó a las Sirtes. Llevando la nave sobre las espaldas, a través de las arenas, llegaron al lago Tritonis, cuyo dios, Tritón, les enseñó el medio de volver al mar. Cuando, en su camino, quisieron abordar Creta, tropezaron con un gigante llamado Talos, un "robot", obra de Hefesto, que guardaba la isla por cuenta de Minos. Desde lejos lanzaba rocas enormes contra los barcos que se acercaban. Y, tres veces al día, daba la vuelta a la isla. Ese Talos era invulnerable, pero en el tobillo, bajo una piel muy espesa latía una vena de la que dependía su vida.

Medea le hizo enfurecerse con visiones engañosas, hasta que consiguió que se desgarrara el tobillo en una roca, con lo que murió. Los Argonautas pudieron desembarcar, pasar una noche en la orilla y zarpar al día siguiente. Pero, en el mar de Creta, de repente quedaron envueltos por una espesa nube. A ruegos de Jasón, Apolo les envió un chorro de fuego que les enseñó, muy cerca de ellos, un islote donde pudieron fondear. Dieron a ese islote el nombre de Anafi (la Revelación). Luego, siguiendo la Eubea, el navío llegó a Iolcos, al cabo solamente de cuatro meses de viaje, llevando el Vellocino de oro. Jasón, después, fue a consagrar la nave, en Corinto, como exvoto a Poseidón. Las hazañas de Jasón no habían terminado.

Como Pelias rehusaba entregar su reino al joven, Medea persuadió a sus hijas, las Pelíadas, para que rejuvenecieran a su padre con encantamientos cuyo secreto le confió. Pero la receta que les dio no era verdadera, y las Pelíadas sólo lograron matar a su padre. A consecuencia de ese crimen, Jasón y Medea hubieron de refugiarse en Corinto, donde vivieron diez años. Al cabo de ese tiempo, Jasón se casó con Medea y se prometió con Creusa, la hija del rey Creón.

Medea envió entonces a la muchacha un traje nupcial que le infundió un fuego violento en las venas; todo el palacio real ardió, con Creusa y Creón. Mientras, Medea mataba a los dos hijos que había tenido de Jasón y se escapaba en un carro alado. Jasón, tras todas esta aventuras, volvió a Iolcos y recobró su reino de Acasto, el hijo de Pelias, que había sucedido a su padre. Medea llevó algún tiempo una vida errante. Se quedó algún tiempo en Atenas, cerca de Egeo, pero hubo de abandonar el país. Halló refugio en Asia, en el país de los medas, que le debe su nombre, y luego volvió junto a su padre, a quien le hizo recobrar el reino, que, mientras tanto, le había quitado Perses, el propio hermano de Aetes. Una tradición decía que Medea nunca había muerto, sino que había sido transportada viva a los Infiernos para ser allí esposa de Aquiles.

viernes, junio 22, 2007

Nerón: Escena II acto primero

Escena II

(Nerón camina por su salón, cerca de un balcón, Faustus y Agripina entran por el otro costado)

Agripina

Salve César.

Nerón

Mujer no me interesan tus saludos. Es tu reporte el que me tiene devorando mis uñas y contando las grietas el techo.

Agripina

No por tus ansias se harán más veloces las diligencias.

Faustus

Pero si te interesa, Sexto está muerto. Ya nadie sabe más tus secretos, y a quien le temes por la noche.

Nerón

Sí temo o no por la noche es cosa mía. Faustus, te mataré a ti tarde o temprano, pero como me has servido, te doy tregua y te doy tiempo de huir.

Faustus

No huiré, esperaré el designio de mi muerte tranquilo en mi villa. (mira a la mujer) Agripina, te deseo el bien, aunque no sea siempre prudente.

Agripina

Hablas en acertijos hombre, vete, desaparece de nuestra vista.

(sale Faustus)

Nerón

He negociado la paz en el oriente, los Partos no nos acosarán este año. Y las legiones han destrozado a la perra Bodicea en bretaña.



Agripina

Y a ninguno de esos lugares has ido.

Nerón

¿Mi madre me llama cobarde?


Agripina

Sé lo que eres, te llevé en mi vientre, no eres un cobarde, eres algo más. Algo que yo preparé como una receta bien cocinada. Te enseñé a matar, a crear, te di poesía y te di veneno, estoy contenta, salimos de la nube que Claudio nos tenía encima, nos volvimos fuertes, y trajimos paz. Quitamos unas cuantas riquezas a los Senadores y se las dimos a la plebe; ellos nos aman, hijo mío, sus hijos son los que mueren en las guerras, sin ellas, pueden crecer y multiplicarse. Incluso perseguimos a los judíos cristianos, como nos pidieron. Somos los mejores soldados que el pueblo ha tenido, y todo gracias a estos años de sacrificio. (besa los labios de su hijo, se aparta y toma un pergamino) ¿Conservas los poemas griegos que te regalé?


Nerón

Mi poesía es aun mejor madre.

Agripina

Así es hijo, pero podrías contemplar el alma de alguien más, quizás sólo por curiosidad.

Nerón

¿Curiosidad? Yo no tengo tiempo para esas cosas, y el alma humana y ano me interesa, conozco sus extremos. Caligula creyó romper esa naturaleza, y terminó enloquecido, jugando a ser un dios, pero no era ni Plutón, ni Júpiter, ni siquiera Juno, era un hombre que quiso no ser un hombre. Esa negación lo enloqueció. Madre, sé bien como es el alma humana, soy el mejor ejemplo de lo que ella habla. Amo la generosidad y la crueldad del hombre, no me hables como si fuese un pobre filosofo, soy el imperio madre mía, me criaste para ser la suma de todos los hombres que habitan en él.

Agripina

Entonces mi misión está completa. ¿Me has reemplazado por tu dulce amante? Popea, la mujer casada.

Nerón

Sí, sé que te opones a su divorcio, verás a esta altura ya nadie puede decirme que debo hacer o sentir, pero seré un hijo agradecido. Te doy mis más sinceras gracias. (Saca una daga) Y sé que no se me condenará por esto, pues el odio que sembraste es casi tan grande como el amor que ahora siente el pueblo por mí. Hasta la vista Agripina, la menor.

(Un puñal se clava algo más debajo del ombligo, ella cae de rodillas, se arrastra unos momentos, Nerón se abalanza llorando sobre ella, queda cubierto de sangre)

Agripina

Saludaré a las furias por ti.

Nerón

Que sea lo que quieras mujer, ahora, silencio, estoy llorando a mi madre. Y la amargura no me deja pensar.

(levanta a Agripina y la deposita en un asiento, quita la ropa dejándola completamente desnuda, y comienza a pintar el cuerpo de la mujer con su sangre, ordena el cabello de la mujer, sonríe un poco)

Nerón

Eres una hermosa pieza de arte. Amada mía. Madre.

(entra Epaphroditos)

Epaphroditos

¿Qué quiere que haga con ella?

Nerón

Deja que la mire un rato, luego llévatela, pero por favor no nos dejes.

Epaphroditos

Debemos tener cuidado, es verano y esto apestará pronto.

Nerón

No me gusta que un asesino me hable así, sienta tu cuerpo donde quieras y bebe con nosotros, a mi madre la agrada la bebida, ¿sabías?

Asesino Uno

No señor, no sabía.

Nerón

Así sobrellevó su matrimonio con Claudio. Así mismo soportó su asesinato también. A mi no me matarán esos Senadores de paja y oropel. Yo los mataré si intentan cualquier cosa, asesino puede llevártela. Aunque tanto hablar de matar me perturba, no soy un criminal, un emperador no puede ser un criminal, puede ser un mal emperador, pero nunca un criminal.

Epaphroditos

Así es señor.

Nerón

No soy Caligula, soy un artista, mis poemas son fuertes y vuelan al Olimpo con sus alas limpias. El pueblo me ha premiado, ¿sabías que me han hecho estatuas y efigies por todo el imperio?

Epaphroditos

No señor, no lo sabía.

Nerón

Así es, y no sólo eso. Somos los héroes, los libertadores que hunden a los nobles. Eso debe tener un mérito.

Epaphroditos

Sí mi señor.

Nerón

Eres un buen hombre, a pesar de ser un criminal. Llévate el cuerpo y tráeme a Séneca, quiero que alguien me lleve la contrario por un momento.



(El asesino se lleva el cuerpo)

Nerón

Despejemos el tablero, debemos comenzar a jugar muy pronto.

(se cierra la escena, mientras Nerón comienza a mirar por su balcón)

jueves, junio 21, 2007

Howlin Wolf: mis blues son tuyos.

Chester Arthur Burnett nació en West Point, Mississippi, en 1910. Sus padres trabajaban en una plantación en Rulesville, no lejos de la plantación de Will Dockery, donde residía Charley Patton. Patton enseñó a los Wolf los rudimentos de la guitarra blues del Delta y, aunque Wolf nunca llegó a ser un gran guitarrista, almacenó estrofas que aprendió de Patton y sus contemporáneos para utilizarlas en el futuro.
Cuando creció, Burnett medía 1.90 m. y pesaba 143 kilos, por lo que le pusieron apodos como "Bull Cow" y "Big Foot Chester". Hay varias historias sobre el origen del nombre Howlin' Wolf (El lobo que aúlla) aunque la verdad tal vez sea menos importante que la forma en que Burnett llegó a encarnar el papel que implicaba el nombre. Grande, temible, solitario y misterioso, Wolf ya era una imponente figura del Delta a finales de los años treinta.

Wolf vagó por el Delta durante algún tiempo en compañía de Robert Johnson y Rice Miller (Sony Boy Willamson) que se caso con la hermana de Wolf y le enseño a tocar la armónica. Sin embargo la mayor parte del tiempo estuvo trabajando en el campo con su familia. En 1941 se alistó en el ejercito, Tras la guerra Wolf regresó a las labores del campo en Mississippi, pero debió de intuir que algo se estaba gestando y en 1948 formaba el núcleo de su banda en West Memphis. A continuación vinieron sus trabajos como disc jockey y artista en vivo en la KWEM. Sus programas en directo en la KWEM tenían fieles seguidores "atraía mas gente a un club que nadie que haya estado nunca en la ciudad" según Rufus Thomas.

Sam Phillips era disc jockey en la WREC de Memphis y en 1950 inauguró el Memphis Recording Service que ofrecía grabaciones para bodas funerales y reuniones cívicas. Dándose cuenta de que había un mercado para los talentos del blues local, Phillips grabó a B.B. King para el sello de los hermanos Bihari, RPM, de la Costa Oeste en 1950. En seguida se puso a buscar a otros bluesmen : "Cuando lo escuche me dije: éste es para mi, encarna lo mejor del alma humana". Phillips tuvo a Wolf en su estudio por primera vez en la primavera de 1951. "Sus ojos se iluminaban y podías ver las venas de su cuello y, amigo, no había nada en su cabeza mas que la
canción" recordaba Phillips del hombre que consideraría su mayor descubrimiento. "Cantaba con su maldita alma".

Wolf ha sido calificado de primitivo, pero su primitivismo era deliberado y se puede comparar con el de los pintores cubistas que yuxtaponiendo elementos primitivos de forma inesperada crearon el arte de vanguardia. Wolf comprendía lo que estaba haciendo. Para reconstruir esta música tuvo que desnudarla primero hasta sus fundamentos escenciales. Su canto, con cambios de blues estándar ante un único acorde y repetitivos riffs se convirtió en uno de sus recursos favoritos y aparece en muchas de sus grabaciones mas potentes.








Una de las mas siniestras fue "No Place to Go" (1954) , en la que la banda toca un riff de cinco notas, asaltando el compás al principio de cada repetición al igual que la aguja que se queda atascada en un disco rayado. La monotonía del repetitivo riff es auténtico primitivismo, el salto sincopado que anuncia cada frase de cinco notas imita la caída de un martillo a la manera de un canto de trabajo de la prisión.

Puede que Muddy Waters cantara "deep blues", pero Wolf utilizaba raíces que
eran aún mas profundas.Sam Phillips envió las grabaciones que efectúo de Howlin' Wolf en Memphis a Chess, pero luego los hermanos Bihari de RPM contrataron a Ike Turner para que grabara a Wolf para RPM. Moanin' at Midnight (Chess 1479, editada
el 14 de agosto de 1951) se convirtió en "Morning at Midnight" en RPM y entró en las listas nacionales de R&B en 1951. Finalmente Wolf se quedaría en Chess, y para estar completamente seguro Leonard Chess hizo que Wolf se trasladara a Chicago. donde se mantuvo en la cima por mas de dos décadas.

Howlin' Wolf se convirtió en el principal rival de Muddy Waters en la escena del blues de Chicago. "Me trasladé a Chicago en 1952 o 1953. Tenía un coche de cuatro mil dólares y 3900 dólares en el bolsillo. Soy el único que se marchó del sur como un caballero" le relató Wolf a David Booth en una entrevista.

Anacrónico en Memphis de 1951, llego a serlo aún más en Chicago donde como
dijimos se mantuvo vigente por mas de veinte años. El cáncer se llevo a uno de los mayores bluesmen del Delta en 1976. Howlin' Wolf fué presentado en el Rock an Roll Hall of Fame en 1991.








Moanin' at Midnight Aunque no fue el primer tema que grabó, el mundo descubrió a Wolf con "
Moanin' at Midnigth". Comienza con un ensordecedor zumbido a capella que parece irrumpir del interior del micrófono. Al oír este distorsionado aullido, uno puede
imaginarse perfectamente la consternación de Phillips cuando vió que la aguja del vúmetro llegaba al extremo de la zona roja. A continuación se unía Willie Johnson con su guitarra eléctrica también muy distorsionada, tocando una figura repetitiva que probablemente le había enseñado Wolf y que procedía del "Cool Drink of Water Blues" (1928) de Tommy Johnson. Luego Wolf suelta un escalofriante aullido en falsete, otra huella de la influencia de Johnson. Después sopla la armónica de forma sencilla pero efectiva acompañado de la desigual guitarra de Johnson y la nerviosa
batería de Steele, caótica y precisa a un tiempo. El sonido es una fusión con contornos borrosos, de armónica, guitarra y batería (el piano que la discografía señala, o es inaudible o se pierde en el fragor del combate). El resultado es una febril pesadilla sonora realzada por el paranoico


texto de Wolf:

Well, somebody knokin' on my door/ Alguien esta llamando a la puerta
Well, somebody knokin' on my door /Alguien esta llamando a la puerta
Well, I'm so worried, don't know where to go/ Tengo tanto miedo, que no se
donde ir
















Wolf canta los cambios de acorde estándar I - IV - V, pero la banda , como si estuviera hipnotizada por su ejecución, nunca deja el acorde I "En aquellos primeros discos", le dijo Wolf a Pete Welding, "yo era el único que le decía a los muchachos lo que tenían que tocar, como seria la música. Los patrones del bajo en estos discos son míos, es mi bajo. Alguna de aquellas piezas solo tenían un acorde. No hay cambios en ellas, esto es algo que he aprendido de la música de antaño".

Los videos de Alicia

Estimados contertulios y compañeras de andanza, acá les dejó los videos de Alicia la Niña Vampiro que salieron en ETC, los encontré en el Youtube del diseñador que los hizo.





Aforismos de Alicia Vol. IV

Aforismos de Alicia, la niña vampiro: El sin razón de la razón.


1

Si el diablo castiga a los malos, ¿eso hace que el diablo sea bueno? Son estas paradojas las que hacen que mi cabeza arda y me den ganas de destrozar a un animador de tv.

2

Los hombres son vanidosos y quieren ser el primer amor de una mujer, las mujeres prácticas, quieren ser el último amor de un hombre. ¿por qué nadie escribe sobre los amores del medio, que suelen ser los más interesantes?

3

En este mundo hay menos ingratos de los que tu crees, pues existen incluso aún menos generosos dispuestos a sufrir por ellos. El egoismo es la regla máxima de la comodidad.

4

Todos nosotros estamos en la tierra para buscar la felicidad, encontrarla, pues es harina de otro costal.

5

Si usted trata bien a la gente, la gente lo tratará bien… en el diez por ciento de los casos.

6

A muchos de mis amigos, la maravilla de la vida se les escapa con la comodidad de la rutina, los muertos se vuelven aún más grises cuando no hay vivos para contar sus hazañas.

7

Los libros están llenos de amores que terminaron en tragedia, pero la tragedia que nadie dice es otra; no haber amado y ser un fiambre en la morgue pública un día lunes por mañana, ahí tienes una gran tragedia que nunca será publicada.

8

Permanecer en silencio es mucho más que simplemente no hablar.




9

Si te golpea un amigo, pues puedes perdonarlo y vivir con eso; lo peligroso es cuando te besa el enemigo y aceptas cómodamente su pretendida amistad.


10

¿Escribir aforismos a las seis de la mañana es sinónimo de locura? Lo sería si fuesen las cinco, para los hombres el sol suele ser una buen pretexto para estar despierto.

miércoles, junio 20, 2007

Neron Acto Uno, escena primera

okey, descansé de los aforismos unos segundos y lo que salió fue esto:


Nerón: La Sangre de la Madre

Por

JLFLORES





Reparto:

Nerón: Emperador, poeta, asesino.
Sexto Burrus: Pretor
Epaphroditos: Secretario, antiguo esclavo.
Seneca: El consejero
Agripina: La madre
Faustus: Viejo guardián caído.
Galba: General de Hispania
Vindex: Capitán Galo.
Dos Asesinos




Acto I

Escena Uno

(Los Asesinos, Faustus, luego entra Sexto, media noche mazmorras)

Asesino uno

¿Nunca nos dejarán dormir?

Faustus

Así es aquí hermano, no dormimos hasta que se duerman los torturadores. Es parte de nuestro infiernillo, disfrutemos nuestra condena.

Asesino dos

Bien pues, somos asesinos, esta bien, ¿de quién son esos gritos que impiden escuchar mis propios pensamientos?





Faustus

Es Sexto, el Pretor, Nerón descubrió otro complot en su contra, o al menos eso imaginó. Hizo que le arrancaran las uñas de las manos, pero no hablará, no está en su naturaleza.

Asesino Dos

Conozco bien al hombre, no me hagas sentir penas por él, sea inocente o no.

Asesino Uno

Nada de inocente. Los nobles pueden darse ese lujo, guardar silencio, cometer suicidio, regalar sus riquezas, nosotros, los pobres no podemos darnos esos lujos. Es por eos que Nerón nos quiere, nos ama.

Faustus

Yo los conozco, son los asesinos que mataron a Quirón, trabajan para Nerón, deben saber que no están tan seguros, ya n se habla de ustedes en las provincias; no quiero asustarlos, pero díganme, ¿cómo es la sangre de un poeta?


Asesino uno

Algo más espesa, absurda si me preguntas. Además gritan y llaman a los dioses.

(cadenas y agonía, entra Sexto arrastrándose, Faustus se arrastra a un rincón para hablar con Sexto. )

Sexto

¿Eres tu Faustus?

Faustus

Soy yo hombre. ¿Quién más podría ser? ¿Quién más que un viejo y amado enemigo vendría a verte en este infierno?

Sexto

Después de todo lo que te he hecho, eres un buen amigo.




Faustus

No Sexto, no lo soy. Aunque no negaré que estoy aquí por piedad a ti. Dime, ¿y la madre?

Sexto

Aún vive.

Faustus

Ya veo. ¿Estabas de acuerdo con esa muerte?

Sexto

Claro. Se me ordenó su muerte.

Faustus

Ya veo, sabes que nunca volverá a ser el mismo cuando su sangre toque la piel de la tierra. Será una dura condena la suya y de los hombres.

Sexto

Lo sé.

(Los Asesinos se levantan, el Asesino uno corta el cuello de Sexto, miran a Faustus, este baja la cabeza, se abren las puertas de la cárcel, salen, Faustus queda en oscuridad, la songre corre bañando a a Faustus)


Faustus

No podía ser más oscuro.


(silencio)

Alicia La Niña Vampiro: Aforismos, flechas y artefactos

Aforismos Alicia III: La vida, la juventud, los amigos

1

“Se llevan como hermanos”, el que tenga uno sabrá el misterio encerrado en esa pequeña frase.

2

Lo mejor que te pueden enseñar tus padres: Como se vive sin ellos.

3

¿Qué es un esclavo? Alguien que se vende por un precio y queda eternamente atado al látigo dominante. Algunos látigos famosos: el dinero, fama, propiedades… el chocolate.

4

Los viejos desconfían de los jóvenes, es porque alguna vez fueron jóvenes ellos mismos. Desde que pasé los 150, son todos jóvenes para mi.

5

Cada vez que quiero olvidar me lleno de recuerdo, pero si es recordarte lo que quiero hacer, fracaso tristemente en traer cada detalle a mi mente. Ese y sólo ese problema es suficiente razón para seguir con estos aforismos.

6

Si los hombres realmente valoraran su sangre como dicen hacerlo, no la derramarían tan alegremente todo el tiempo. Los que ejercemos el vampirismo trabajamos con un bien finito.

7

Quiero hacer un espejo enorme, donde el mundo se vea reflejado su espíritu, luego pondría a la venta una crema embellecedora para el alma, las criaturas de la noche seriamos inmensamente ricas, solo los hermosos tienen problemas al enfrentar su propia naturaleza.

8

Si digo, sí soy un vampiro, te asustaré y correrás. Si dijera fabrico armas, soy un soldado o voy por la vida estafando gente, es posible que a pesar de todo me invites a tu casa a tomar el té. Y lo curioso es que yo NO elegí ser vampiro…

9

Si supiéramos que corta es la vida, nos daríamos más ánimos los unos a los otros. Especialmente si supieran lo que pasa cuando oficialmente se acaba eso que llaman vida.

10

Errar es humano, echarle la culpa de eso a otros es más humano aún. Reírse de todo eso, es de vampiros.

martes, junio 19, 2007

Humankind: Texto refundido y único de Proyecto Calixto

A petición de algunos viejos amigos expongo aquí mi versión del Proyecto Calixto, no la resumida, con correcciones propias, escritos en Junio del año pasado.

Perdonen si no he puesto cosas HK, pero habrá otro escritor que haga este trabajo, probablemente mucho mejor que yo, aunque siempre estaré agradecido por el cariño que me dieron.

Gracias.



Proyecto Calixto




I

Muy bien, si es que estás aquí es que has demostrado algún interés en lo que tengo contar, aunque debo advertirte que está muy lejos de ser una historia donde los brillantes caballeros recorren junto a sus damas el campo abierto, matan a los malos y sonríen mientras ven crecer a sus pelones hijos. No soy el tipo de persona que cae en esos malditos clichés, aunque debo reconocer que si hay una chica, muchos malos, y una par de esas cosas complicadas que tanto te gustan. Toma asiento, si quieres saca una cerveza del refrigerador, esto está por comenzar.
Quizás deba contarte mi nombre, digamos que te reirías de cómo me puso mi puñetera madre, pero puedes decirme Coyote, y mi trabajo es aquella venerable profesión de detective privado. Eso debería decirlo todo, pero la verdad es que significa muy poco, pero vamos a esos hechos que nos interesan el día de hoy, ya saben que no soy un hombre de preámbulos muy largos.
Debo decir que era uno de esos días largos, estaba recostado sobre mi silla favorita pensando en absolutamente nada, dedicado sólo a contemplar los agujeros que adornaban los hermosos calcetines que Iliana me había regalado el invierno pasado, desearía que alguien en la fundación Lazarus tuviese la misma maldita consideración, está claro no soy guapo como Eric, sabio como Lázaro o misterioso como Vicente, pero tengo mucho que entregar, como por ejemplo mi adorable personalidad, dudo que Mykhalatso pueda decir lo mismo, seamos honestos, el hombre es un gran saco de plomo. Pero olvidemos eso, ahí estaba yo, con mis elevadas reflexiones cuando sonó el teléfono, era Andrés Santander, un correcto oficial de investigaciones especiales que tiene un solo e irreparable defecto, cree incondicionalmente en mí.
-Necesito que vengas.
-¿Y se puede saber la razón o donde debo ir?
-No es lejos, mandaré a mi mejor hombre a buscarte, es un asunto delicado, la ciudad te pagará muy bien para que seas discreto en este caso.
-Así de malo es.
-Peor.
-Iré, pero no le digas a Iliana que estoy aceptando estas miserias, se enoja con facilidad.
Colgó sin despedirse. Había una guerra ahí afuera y los humanos estaban atrapados en este horrible fuego cruzado, me sentía con algo de responsabilidad, quizás incluso culpa, no digan que no tengo un corazón bajo esta sucia gabardina gris. Fuera de la oficina estaba el sonriente agente que Santander había mandado, era un crío recién salido de la academia, pude leer sus pensamientos: “¿Por qué me mandan a busca a este costal de huesos?” . También habían otras cosas dando vuelta en esa pequeña cabeza: dos mujeres, una de las cuales era su mamá, un sándwich, y un perro.
-Lo mismo me pregunto yo, pero ya que no podemos hacer nada al respecto, así que sólo conduce en paz.
El pobre chico quedó pálido, pobre idiota. Lázaro dice que no hagamos eso, que no debemos abusar de nadie, que se joda, estaba con resaca, haciéndole favores a los chicos ricos de la ciudad, soy un Desviante y hago cosas de Desviantes. Bueno, si creen que hablo como el villano de esta historia, esperen a lo que viene.
La escena horrible, un cuarto pequeño, blancas paredes manchadas de oscura sangre, y lo peor, dos chicas en el suelo. Una de ellas no podía tener más de veinte años, la otra llegaba con suerte a los treinta. Obviando la sangre, todo parecía limpio.
-Una de ellas es Albertina Santa Cruz, una chica bien conectada en el gobierno, la menor es Estela Akena, una estudiante de periodismo.-Dijo Santander haciendo esfuerzos por entender lo que sucedía. – El padre de Akena no quiere que las circunstancias de este caso salgan a la luz.
-O sea habrá mucha presión.
-Sí.
-Que bien. Nunca llamas, y me pides esto.
-No sabía que fueses tan delicado.
Dejé la escena, no podría buscar pistas hasta que la policía deje el lugar, de manera que debía de regresar a mi oficina, sabía que no sería algo sencillo de resolver, pues si bien uno encontré pistas, sentí algo que conocía muy bien, Entropía.

II

Mi oficina no es lo que se entiende por un departamento lujoso, la heredé de mi maestro, Cervantes. Buen detective, no era desviante pero podía sentir y ver mucho más que cualquiera de nosotros, extraño al viejo cerdo. Mientras estaba dedicado a mis constructivos soliloquios mentales, sonó el teléfono, nunca traía nada bueno, así que lo dejé pasar, cuando comenzó a sonar una segunda vez tuve que levantarlo.
-Contesta montón de pulgas.- Dijo una voz conocida.
-Señor “montón de pulgas” para usted.
-No tengo tiempo de jugar contigo.
-Así veo, si no, ¿por qué una chica guapa de Acracia me llamaría?
Ella hizo una pausa, respiro como para no reventar en ira, soltó un resoplido violento y siguió hablando:
-Sabes, en este momento mi rifle podría estar apuntando directo a tu cabeza. – Dijo, mientras yo imaginaba su hermosa sonrisa.- ¿Qué harías si disparo?
-Si disparas, pues lo que todo el mundo, morir. Linda Aguja, dígame que busca conmigo.
Yo sabía bien que quería, Aguja era una justiciera, era de esas personas que sufrían toda una vida por tratar de hacer lo que es justo. Esto era por los homicidios, de manera que bajé mi tono y me puse a sus pies.
-Ya viste los cadáveres, sé quien lo hizo, al menos quien lo ordenó, pero no hablemos esto por teléfono. – Dijo reconociendo que me necesitaba.
-Como digas, siempre será bueno intercambiar poleras con la Acracia.
-No intercambiaré nada contigo.
-Eso dices ahora.
El parque estaba cubierto por esa bruma ciudadana, que vive junto a nosotros todos los días, ochenta por ciento smog, diez por ciento humedad, y diez por ciento desesperación.
Ella apareció mirando para todos lados, como una buena Acracia, temiendo de cada una de las sombras que nos rodeaban.
-Estás aquí, debemos tener cuidado. Sé que Corporación quiere un pedazo de esto. – Dijo sacando un papel amarillento.
-¿Qué llevas ahí?
-Pues es una carta, una vieja carta de amor, pero que nos ayudará a entender lo que sucede.
-Pues comienza a cantar socia.
-No me llames así, pero te contaré: En mil novecientos sesenta y cinco la CIA creó una división especial para estudiar el fenómeno desviante, el nombre de este escuadrón especial es F.I.S.T Federal and International Security Taskforce. Estos niños tenían por función reclutar desviantes, para usarlos de agentes, o como experimentos. Como sea, F.I.S.T sigue existiendo, uno de sus experimentos actuales más interesantes es el de resucitar un viejo proyecto que dormía entre los tesoros de la segunda guerra mundial. Un virus especial, que afectaría sólo a los Desviantes, como sabes los organismos se hacen resistentes y el proyecto era un fracaso. Hasta que el virus se encontró con la nanotecnología, ahora el virus es inteligente y aniquilaría a todo desviante que se encuentre en la superficie terrestre.
-Que agradable.
-Eso mismo, el problema es que una de la chica que tu viste, Estela Akena, estaba siendo usada como acolito por el Abismo. Pero mis informantes me dicen que el Inquisidor no tiene el virus, es alguien más. Alguien que gozaría viendo al mundo sin desviantes.
-Se me ocurren varios, como yo los días sábados por la mañana.
-Basta de chistes, esto es serio.
-Lo sé, y sé quien podría querer el virus… ya me lo he topado antes. O al menos, me he topado con su nombre. Mi amigo Shane fue asesinado por su esclavo. El nombre es, según creo, Moloch, y estamos metidos en muchos problemas.- Encendí un cigarrillo, no era exactamente lo que se entendía como un héroe, pero me sentía muy cerca de serlo.


III

Seguramente el que está leyendo esto debe creer que soy un ególatra, pues hasta ahora sólo les he contado lo que en ese momento sucedía conmigo, pero la verdad era más oscura y peligrosa; los actores que entraban a ella parecían no salir con bien, y nosotros éramos demasiado pequeños para poder defendernos como correspondía.
Al mismo tiempo que yo estaba con mis soliloquios, un hombre mucho más misterios e interesante, al menos a lo que esta historia concierne, se deslizaba por la noche. Se apoyaba en un bastón que claramente no necesitaba, miró a su alrededor, no con temor, pero sí con cautela. A través de un oscuro corredor se deslizó, hasta dar con el número diez cero siete uno. El hombre que habría era un viejo veterano de la segunda guerra. Apestaba a polilla, pero seguía siendo el mismo bastardo que era cuando en su juventud ayudó a la Corporación a crear una raza de soldados llamados simplemente, la serie V. Su nombre Reginald Wulf, ingeniero, agente y traidor.
-Has envejecido.- Dijo el misterioso visitante.
-¿Quién es usted?
-No importa, pues yo ya estoy entre los muertos mi viejo amigo.- Dijo esbozando una sonrisa que delató el hecho de que aún se encontraba entre los vivos.-Tienes algo que me interesa.
-No tengo nada señor, soy un pobre anciano que vive de su pensión, mísera también puedo agregar.
-Di lo que quieras decir, pero de mi boca ni una gota de compasión tendrás. Reginald Wulf, agente de la Corporación, Desviante, déjame entrar a tu casa antes de que destroce tu pestilente humanidad, y la de tus vecinos con ella.
Wulf sabía lo que venía, dejó que el extraño entrara.
La sala estaba llena de amarillentas fotos de los años cincuenta, todas lo relacionaban de una manera u otra a la Corporación, pero el extraño estaba más interesado en lo que no podía verse.
-Quiero que me hables del Virus. ¿Cómo le llamaron? A sí, “Calixto”.
-Calixto fue un fracaso, los desviantes podían regenerarse, o adaptarse, el virus mataba a los débiles, pero a la larga la mayoría de los infectados lograba salvarse.
-Lo sé, estuve infectado.
-Ya veo. Pues hicimos, Camus y yo una nueva variedad…
-Y tu la vendiste a la CIA… Camus no lo supo, traicionaste a la Corporación, eso requiere valor.
-No fue valor, fue codicia.- Dijo el viejo mirando sus añejas manos.- Mi esposa esperaba un niño, no lo sé, supongo que necesitaba más.
El extraño contempló los polvorientos estantes, se fijó en las antiguas insignias alemanas, una vez les temió, como si de señales infernales se tratase, pero ese tiempo estaba muy atrás para él. Memorias llegaron a su cabeza como trenes a punto de dejar su carril, pero prontamente se incorporó. Recordó quien era y la razón de su presencia, entonces pronunció su sentencia:
-Fuiste, como yo, hijo de una época dolorosa. Entiendo que buscaras seguridad en Corporación. Cambiaste tus poderes de desviante por los de un agente, sé que quitaste muchas vidas en su momento. Pero después de todo siempre pudiste llevar una doble vida, a diferencia de otros, fuiste feliz… sabes bien como terminará esto, así que antes de morir dime. ¿Había una cura para “Calixto”?.
-Los infestados que no lograban desarrollar defensas propias morían, curiosamente los ejemplares miembros de los Hijos de la Ceniza era especialmente resistentes, quizás porque su sangre tenía un nivel bajo de glóbulos rojos.
-Ya veo, eso era todo.
Lo siguiente para el anciano fue la noche eterna, sólo un hilo rojizo de sangre y saliva demostraban que alguna vez estuvo con vida. Mientras el extraño caminaba hasta la habitación, cogió un montón de papeles, mismos que sabía importantes desde que cruzó la mugrosa puerta, eran viejos códigos, sin sentido para cualquier otro observador, pero él no era cualquiera.
Se alejó, sin decir nunca su nombre, pero ya no importaba, pues todos se referían a él bajo sólo un apelativo: Inquisidor.


IV

Lejos de todo el ruido, otro de los actores interesantes de esta pequeña representación prepara su entrada. Coloca sus guantes, pinta sus labios, arregla sus uñas. Cubre el código de barra que la identifica como miembro de la ya mencionada Corporación. ¿Su nombre? Adriana San Patricio, veo por tu rostro que reconoces el nombre, pues sí, ella estaba un par de kilómetros mejor ubicada que nosotros en lo que a investigación respecta.
Su pasado, según las investigaciones de Black Hound, está ligado a la CIA, y a F.I.S.T, aunque ahora estaba completamente entregada a la Corporación. Esta sería una noche de cacería para ella, al menos eso creía.
El timbre anunció la llegada de la visita. Ella simplemente contó hasta diez, y cuando la puerta se abrió, ella ya tenía los dedos sobre su nueve milímetros; pero el visitante no era ningún peligro, tan sólo era vuestro gentil servidor al cual ella jamás había, visto. Sólo escondí mi voluntad, para que no pudiese leerme, y puse mi cara de ratón atrapado, siempre funciona con las chicas.
-Buenas tardes.-Dije cortésmente.
-¿Qué quieres?
-¿Yo? Sólo hacer unas cuantas preguntas.
-Yo no doy respuestas, yo soy la última pregunta.
-Supongo que alguien debe escribirte estas esas líneas. Pero veamos, eres Adriana San Patricio, agente de la CIA, ¿me equivoco?
-Sí, soy independiente.
-Claro. Bueno, soy detective privado, y estoy tratando de averiguar las razones que condujeron a la muerte de Estela Akena.
-¿Akena dices?
-Sí.
Puede ver que reconocía el nombre, aunque estaba bien entrenada, la humanidad seguía brotando por sus poros; sólo por esto ya valía la pena estar ahí.
-Conocí a sus padres. –Dijo ella para desviar mi interés, pero sabía que no iba a funcionar.-Debe tener cuidado, un hombre como usted, un detective, no debe salirse de su liga, regrese a sus maridos infieles, a sus esposas picaronas, estas son las ligas mayores.
-Quizás tiene razón señorita.
-La tengo.
Me di vuelta sólo para actuar mi salida, entonces solté, para bien o para mal, la bomba:
-¿Qué me dices del proyecto Calixto ?
-Es usted un hombre fascinante, señor…
-Coyote me dicen… y sí, me han llamado fascinante antes, pero no me diga eso que me sonrojo. Ahora respóndame.
-Sé esto: todos los que tienen que ver con el proyecto están muertos, ya le dije, esta no es su liga.
-Eso escuché, desde ayer nuestro amigo Reginald también está en el patio de los silenciosos; alguien resucitó el proyecto, y ahora el virus está suelto, ¿no es así?
-¿Y si es así?
-Pues la Corporación, sus jefes actuales, también perderían, no creo que ellos quieran una masacre.
-F.I.S.T creó un virus nanotecnológico, es el principio de Calixto, pero ahora tiene control sobre su huésped, sí, ya tiene su respuesta. También le diré que fue un placer conocerlo, lástima que ahora deba morir.
Sentí el golpe en mis costillas, juro que casi se me sale el alma por la boca. Un codazo en mi nuca me derribó, antes de que pudiese hacer nada, ella mi apunta con su arma, dios, estoy muy viejo para esto. Su dedo se deslizaba sobre el gatillo cuando una saeta cruzó la habitación, San Patricio caía de rodillas, luego azotaba su hermoso rostro en suelo, una pena.
De la sombras surgía ella, pude haberme enamorado en ese preciso momento, ¿un Quimera y un Acracia? Ridículo. Aguja, mi ángel guardián.
-Te demoraste.
-Si, quería que te dejase blandito.
-¿Qué le hiciste?
-La paralicé, no podía arriesgarme con una bala, ya sabes, podría haber dañado tu existencia. Ahora debemos matarla ahora mientras duerme.
-¡Detente! ¿Cuál sería el sentido? Tenemos lo que queremos, un día tendrás la oportunidad de enfrentarla cara a cara.
-Ustedes los Quimera son unos débiles, ¿crees que ella haría lo mismo por ti?
-No me importa.
-Por eso Sombra los detesta, malditas mariposas.
-Pensé que Sombra nos amaba.
-No.
Nos fuimos, ella no me habló en todo el camino, quizás tenía razón, Adriana San Patricio era famosa por sus venganzas, pero no quería tener la sangre de un inocente el día de hoy, ya habría de correr mucha y quizás Lázaro si me había pegado algo de su palabrería.


V

Las cosas eran tan simples como sumar dos más dos. No habían pozos oscuros en esta investigación, F.I.S.T ya no tiene el virus. Sabemos que Petrov mató al alemán para obtener algo de información, cuando entré en el cuarto del viejo ya no había mucho, él no es mi sospechoso, Acracia está más enredada que yo, y eso es complicado estos días. Moloch, ese nombre sigue sonando en mi cabeza, sé que es él. Y en mis narices siento el aliento de Baltazo, ¿podrá estar tan loco como para liberar un virus que también destruiría su imperio? La respuesta a esa pregunta me da escalofríos, ¿por qué los grandes jugadores no se dan cuenta? Esto es digno trabajo para un héroe como Eric, ¿no creen? En fin, si me seguía quejando no encontraría mis respuestas.
-Tengo información – dijo mi ángel.
-Muy bien.
-Un hombre, o lo que queda de él, llamado Ixibal fue objeto del experimento del nuevo Calixto.
-¿Y sobrevivió?
-No exactamente.
La dejé conducir, puedo ser muchas cosas, pero piloto no es una de ellas. El camino era tranquilo, cubierto de grandes árboles, que en esta época comenzaban a ponerse de ese café amarillo que tanto alucina a los más sensibles. Nuestro destino era el centro psiquiátrico y neurológico de la universidad de San Marcos. Un informante de Acracia había localizado al pobre diablo que fue víctima del nuevo virus.
Mientras gotas tímidas comenzaban a engrasar el suelo a nuestro alrededor, llegábamos a la universidad. El edificio era un gran bloque de oscuro concreto, digna construcción de un tiempo más sobrio. Los pasillos eran fríos, pero no era sólo la sombra y la absoluta falta del astro rey, había un frío tan profundo que podía romperte el corazón. Podía sentir millones de pensamientos confusos. Los habitantes de un manicomio son más interesantes que cualquier programa de conversación a media noche, pero ambos tienen algo en común, están lejos de la realidad. Como sea, fuimos recibidos por un joven pero calvo doctor, dejé que la chica hiciera las negociaciones.
-Doctor Silva, sabe a lo que vengo, no es necesario que hablemos de más.
-Así es, por favor sigan por el pasillo, hasta la habitación con sello verde, podrán hablar con él, pero si se agita, deberán llamar al ordenanza.
Ella sólo asintió, caminamos por un pasillo salido de una película de horror, no entendía como nos habían dejado pasar tan sencillamente, o como era posible que el sobreviviente de Calixto estuviese bajo cuidados humanos.
-Deja de hacerte preguntas. – Dijo ella. – El buen doctor era un Acolito del Abismo. Nosotros le liberamos y ha cambio nos hace un pequeño favor… el hizo los arreglos para darnos esta excelente muestra en vida.
-Y me dicen manipulador a mí…
En la pieza el pobre despojo humano estaba atado con una camisa de fuerza, su piel estaba escamada y era blanquecina. Sus ojos brillaban con una luz verde poco natural. Sus dientes eran un gran pozo séptico que nos sonreía, aún había algo humano en él, pero claramente estaba en retirada.
-Tu nombre. Dime tu nombre.- Increpó ella.
-Ixibal, soy un Seeker del Abismo.
-No, eso eras antes de Calixto. Dime quien estuvo experimentando contigo.
Dejé que ella siguiera preguntando, pude ver en los brazos de la criatura un código, lo dejé grabado en mi celular, luego mi cabeza regresó al interrogatorio.
-Calixto apareció frente a mí, me lo dio un ángel de la misericordia, ahora entiendo la razón de la vida. – Siguió balbuceando.- Soy un mensajero.
-El virus destruyó su mente, pero fue neutralizado por su cuerpo abismal, quizás la entropía destruyó las nanosondas del virus. – Dijo ella buscando sus razones en la lógica.
-No creo, quien lo envenenó quiso dejarlo con vida para que lo viéramos, para que siguiéramos la pista, están jugado con nosotros. Y comienzo a darme cuenta de que las cosas son más feas.
-¡Explícate!
-Pregúntale a él, dinos tu mensaje Ixibal.
-Dice, “muy pronto estaremos juntos”.
En ese momento el pobre ser se desplomó, su miseria había terminado, pero la nuestra recién comenzaba.


VII


Dejé que la chica se reuniese con los suyos, Sombra es un chico fuerte, podrá protegerla mejor que yo, así que preferí sumergirme sólo en las sombras, lo que no sabía es que las cosas tomarían un matiz para el cual yo no estaba preparado.
El código en el brazo de Ixibal me condujo a un lugar muy interesante, una planta corporativa a las puertas de la ciudad. Según mis fuentes una fábrica de procesadores especiales, del tipo que llevan los V-3 en sus cabecitas locas. Como fuese, eso fue hace un año atrás porque ahora estaba abandonada, como muchos de los edificios civiles de la Corporación, por alguna razón el Avatar estaba cada día más preparado para el combate directo.
Como fuese entre en el abandonado edificio, las maquinarias formaban un bosque metálico, inerte, pero de una belleza extraña. Lo curioso era la ceniza que aparecía en el suelo. Algo había pasado acá, y no me iba a gustar.
-Pensé que no te vería más.- Dijo la familiar voz.
-Siempre se tiene una segunda oportunidad.
Frente a mis ojos Adriana San Patricio, sin sus V-3, sin sus defensas, entendí que estábamos para bien o para mal, en el mismo barco.
-Creo que estoy un poco perdido, quizás me puedas ayudar.
-¿Y tú amiga la terrorista?
-Pues debe estar tomando té con sus amigos, ahora dime que hacemos aquí.
-Pues igual que tú, mi querido Coyote, seguí las pistas que encontré. Un código, es una vieja fórmula, son el código de un grupo experimental, cada uno de ellos miembro de una facción distinta, Jezebeth de Corporación, Brando D’Alligeri de Quimera, Dalma Riogiri de Acracia y un Abismal llamado Espectrae. Todos ellos habrían sido por una razón expuestos al virus. La razón la desconozco.
-Yo empiezo a verla.
-¿Compartirás tus secretos conmigo?
-Nena, tendrás que darme mucho más que esos datos si quieres conocer mis deducciones.-Encendí un cigarro, me sentía en una encrucijada, pero me agradó mucho eso de tener a la Corporación conmigo.- Dime Adriana, ¿qué tanto sabe Aleph de esto?
-No mucho más que nosotros.
-Bien.

VIII

Caminamos hacía el sitio donde se habían realizado los experimentos.
-Sabes, ustedes los de la Corporación están acostumbrados a jugar con los demás, me imagino lo que debe de molestarles que esta vez F.I.S.T o quien esté detrás de esto haya jugado con ustedes, de hecho, los haya usado.
-Sí, es molesto ser usado, y si sigues con esa línea de pensamiento sabrás lo que pasa cuando me molestan mucho,
Silencié mi boca, como hacen los hombres sabios.
-Es este el laboratorio, siento la presencia de una sombra fría y solitaria. – Dijo ella usando sus poderes de oscuridad, mismos que yo desconozco por completo.-Alguien nos observa.
-Muy bien dicho mi dulce hija de Aleph.- La voz venía del cielo mismo, sobre nuestras cabezas.-Coyote, quería conocerte, lamento las circunstancias.
Muy bien en ese momento las rodillas se me volvieron de cristal, era Petrov Ivanovich, estábamos en las ligas mayores, mi arma no me salvaría si es que quería combatir.
-Los tres hemos seguido la misma pista, se puede decir que hemos sido convocados.-Dijo poniendo una mano en el bolsillo de su abrigo, para sacar una hoja de papel amarillenta.-Alguien ha querido que preciemos su triunfo.
-Bueno, yo iba a decir eso. –Dije arrojando la cola de mi cigarro.- Mr. Inquisidor, creo que falta un actor en este juego.
-No, no falta, sólo fuiste muy ciego para no verlo. – Un movimiento de manos y Aguja aparecía de la sombras.
La chica nos estaba apuntando, dispuesta a eliminar a cualquiera que se entregara al Abismo, interesante, me hubiese disparado y esta historia se hubiese quedado sin héroe.
-Coyote tienes que cuidarte mejor de tus amigos.-Dijo Ivanovich.
-No, ella sólo esta cumpliendo su papel, como todos los demás, ahora es hora que nuestro anfitrión aparezca.
-Eso creo yo también.- Dijo Aguja pasando una bala en su fusil.
Un aplauso se escuchó venir de las sombras, frente a nosotros, Baltazo, y sus cuatro experimentos, cada uno representando a una facción diferente.
-Sé que esta intriga ya ha durado mucho.-Dijo el desgraciado.- Pero debo reconocer que han sido unos ratones muy interesantes de observar.
-¿Crees eso? Si hicieran una película, ¿quién sería yo? ¿Brad Pitt?
-Silencio, eres la única rata que no quise que jugara, pensé que alguien más interesante entraría de la Quimera; digamos que eres un invitado de piedra.
-Es una pena, a mi me hubiese gustado un villano que no tuviese problemas con su madre.
Baltazo se contenía, ¿estaba con esta charada diciendo adiós a su rol de Abismal?
-¿Qué juego es este Baltazo? – Dijo Ivanovich.- Realmente quieres morir.
-No basura mestiza, no moriré hoy. Verás Moloch y yo tenemos un plan, pero esta ejecución es mía. He librado una sepa de Calixto en el ambiente, muchos desviantes caerán bajo sus aspectos, la muerte de tantas voluntades atraerá a mi amo a esta realidad. Fundaremos nuestra propia facción, más allá de Abismo, más allá de la Entropía, crearemos un reino puro del mal.
-Eso no existe idiota, si Moloch regresa, el querrá al Abismo y tu terminarás en el limbo como muchos otros, ¿crees que él esta de acuerdo con reinar sobre un montón de desviantes muertos?- Dijo el inquisidor, ganando tiempo mientras acumulaba energía.
-Soy Baltazo, mi alto linaje ha de levantar las alas nuevamente, eres un vergüenza, un mestizo impuro.
Conforme las palabras de Baltazo se hacían más fuertes, las paredes se sacudían. Y sus seguidores avanzaban más hacía nosotros.
-Vamos hombre, soltaste un virus que nos matará a todos, ¿qué sentido tiene todo esto? – Dije tratando de ganar mi propio tiempo.
-¿Me hablas directamente a mí pequeña cosa impura?
-¿Hay algún otro idiota homicida en el público? No, entonces, sí, hablo contigo.
Brando se arrojó sobre mí, había terminado el momento de hablar. Riogiri se arrojó sobre su camarada Acracia, Espectrae era lo suficientemente fuerte para derribar a Petrov, pero Jezebeth no pudo con Adriana, después de todo ella había sido su mentor. ¿Cómo sé eso? Pues es mi trabajo saberlo.
Jezebeth en el suelo fue rodeada de extraños y blanquecinos espectros, lo mismo Espectrae cuando recibió la gran descarga de energía que el Inquisidor desató sobre él. Baltazo desataba entonces su furia, su primer golpe cayó sobre la espalda de Adriana quien se incrustaba contra la pared. Yo disparé contra Brando, ver caer a un amigo no me producía placer alguno, pero seguí disparando, pero mis balas parecían moscas molestas para Baltazo.
Me arrojé con todo sobre el idiota, pero me repelió con golpe sencillo. Maldición, era un maldito conejo peleando contra un oso.
Ahora Aguja lo intentaba y aunque desataba toda su fuerza contra el enorme enemigo, nada parecía afectarle. Dalma Rioigiri yacía caída junto a ella, sólo Petrov y Adriana estaban en pie frente a Baltazo. La chica concentró su poder en un arma a base de voluntad que usan los corporativos, la descarga iluminó nuestro entorno, pero nada pasó. Baltazo seguía en pie.
-Esto se ha puesto aburrido, ya no soy el mismo, Moloch me ha dado su fuerza, soy parte de su alma, se acabo tu actuación hija de la Corporación, únete a tus muertos.
Adriana volaba por los cielos, hasta atravesar el muro, era el tiempo del Inquisidor, lo mejor para el final, olviden que esta historia se trata de mí, y hagan de cuenta de que estamos viendo vuestra serial animada favorita, después de todo, todas tienen alguna escena así, así quizás puedan ponerse, al menos un poco, en mi lugar.
Ivanovich hizo que la temperatura de la habitación bajara al menos en quince grados, no parecía molesto, ni siquiera interesado en su enemigo.
-Eres un idiota Baltazo, has caído en los juegos de tu amo; él sí te dio ordenes de liberar el virus, pero estás estaban en tu débil mente, nada de los que haces ha sido realmente obra de tu ingenio, sabes, sigues siendo el mismo fracasado. La bestia quiere que el Consejo muestre su localización, quiere que intervenga en la lucha. Sabes, quizás sea interesante lo que has hecho, después de todo sólo los fuertes han de sobrevivir. Veremos que sucede, pero eso no cambia el hecho de que me has traicionado.
Baltazo permanecía en silencio, mientras yo hacía estas notas mentales.
-Sabes, eres un Abismal, quieras o no, y todos nosotros poseemos una carga de Entropía corriendo en nuestras venas, como pequeñas velas, es la energía que te hace ser tan fuerte Baltazo, a ti, a tu madre… ¿qué diría tu madre si te viera ahora? Bueno, el punto es que puedo hacer que esas llamitas se prendan y se apaguen a mi voluntad, la Entropía me escogió como su campeón, aún antes de que me nombraran como Inquisidor.
-No importa, no podrás quitarme mis poderes, están asegurados por Moloch y es tan poderoso como tú.
-Cierto, no te quitaré tus poderes, por tentador que esto sea, los duplicaré, de modo que tu cuerpo ya no pueda resistirlo, adiós Baltazo.
El cuerpo del idiota se sacudía y comenzaba a brillar con un fuego verde y depravado.
-Coyote. –Dijo el Inquisidor, trayéndome de regreso a la realidad.
-Dígame mister, se dio cuenta que buen team hacemos, si no tirará por los malos, podríamos ser amigos.
-Creo que me has usado, siempre supiste que sería Baltazo al final del camino, puedo leer confirmación de lo que digo en tu mente; dejaste que todos los actores jugáramos nuestro rol, sólo para ver que había al final, ¿qué dirá Lázaro de esto?
-¿Quién sabe? No soy adivino, ustedes los señores fantásticos pueden darse el lujo de serlo yo voy con los pequeños. Ahora que el virus está afuera, necesitarán más ayuda que nunca.
-Eres más fuerte de lo que crees Coyote, fue un gusto conocerte, espero que sobrevivas a la plaga, y si no, bueno, siempre puedo resucitarte como a uno de mis esclavos.
-No gracias, a este hombre se lo han de comer los gusanos.
Ivanovich desaparecía entre las tinieblas, mientras que Baltazo seguía quemándose en su pira infernal, ni siquiera era capaz de levantarse o gritar.
Aguja se veía mal herida, mi plan había funcionado, el mal había acabado con el mal, pero habían demasiadas bajas, y lo peor muchos habrían de morir aún.


IX

Tomé a la chica, mientras sentí a los V-3 rodearnos, Adriana estaba en pie junto a ellos, nos apuntaban, no podríamos defendernos.
-Lo siento nena, el Inquisidor se fue, sólo estamos nosotros.- Dije sonriendo, buscando algo de humana simpatía.
-Tendré que conformarme con los premios menores entonces.
-Porque no silencias esa hermosa boca que tienes, si el virus anda suelto, tendremos que trabajar otra vez juntos, las cosas no serán sencillas. Además no te vas con las manos vacías, tienes a los traidores, has con ellos lo que quieras.
Comencé a caminar, no miré atrás, sabía que los V-3 aún nos apuntaban, aguja estaba sangrando demasiado, así que tan sólo dejé la escena, como un vaquero herido, entregado a cualquiera fuese mi destino.
No quise hablar con nadie sobre lo ocurrido, es decir previne a la Fundación todo lo que pude sobre el virus, su origen, incluso ya tienen un par de medidas para prevenirlo.
Lo interesante del caso fue todo lo que aprendí de mí mismo, dejé a tres personas para que fuesen usados por la Corporación, ¿eso me hace un villano? Puede ser, pero ellos no hubiesen dudado en aniquilarme de haber tenido la oportunidad. Recibí un halago del Inquisidor, lo cual no es malo, pero ya había descubierto mi plan, eso no habla muy bien de mi sigilo, ¿no?
Lo cierto es que estés es un tiempo para reflexiones, como pueden ver, nada es blanco o negro.
Es una tarde fría, pienso en Aguja, la chica debe estar bien ahora, también pienso en Baltazo, sé que es imposible que Adriana haya logrado retenerlo, Moloch arreglará a su títere, eso me asusta, cuando los malos hacen eso, los dejan más feos y terribles.
Agradezco su atención mis amigos, espero no haberlos aburrido, no se preocupen por ordenar, deja la cerveza ahí, Iliana mandará a alguien más tarde. Es hora de dejar la oficina, y ver que nos tiene la calle el día de hoy, no puede ser peor que estar atrapado con estos pensamientos.

Mas Aforismos de Alicia, la niña vampiro.

Aforismos de Alicia II: Poder, honestidad y amor

1.

Esta vida no es para tener cosas, es para desparramar cosas… y después regalarlas.

2.

Te dicen que no estás vivo hasta que tienes una causa por la que morir. La verdad es que estas vivo siempre y cuando el enterrador no haya dicho lo contrario, y aún así, en estos tiempos, eso es objetable.

3

El amor no es inteligente, pero tampoco le tiene miedo al ridículo. Quien quiera aparecer siempre como un genio, que renuncie a sentir.

4

Si es que miles de cuervos circulan tu morada, y sientes que los carroñeros te rodean, es que llevas una vergüenza tan grande que comienza a apestar, y se ha cultivado como tu debilidad. O simplemente es que no sabes deshacerte de tus cadáveres.

5

Los dioses ya no viven en este mundo, sólo por miedo al escrutinio público. Si los griegos hubiesen tenido programación de farándula, hubiesen sido más prudentes.

6

La verdad puede, algunas veces, traerte dolor, pero la mentira, de seguro que te lo traerá, ya sea tarde, ya sea temprano.

7

Es curioso como aquellos a quienes más han pateado, escupido y ultrajado; están mejor dispuestos a perdonar, levantar y rescatar. El milagro está en que un infierno enseña como construir paraísos.

8

El verdadero poder de la palabra está en que la lucha que comience a dar cuando ha dejado tu boca, no necesite ni puños, ni pies para ser entendida.

9

Me gustan las matemáticas sólo cuando uno mas uno son mucho más que dos.

10

Si los pájaros comienzan a pensar por que vuelan, seguro se caen, por eso yo escribo estos aforismos sobre el tejado de mi castillo, esperando que el viento de la mañana, comienzo a escuchar tu nombre, sin pensarlo, a fin de tenerte.

lunes, junio 18, 2007

Alicia La Niña Vampiro: Flechas y Aforismos





1

Cualquiera que sea tu fachada, si se siente pesado, es que es una gran mentira, y las mentiras son aburridas, y las GRANDES mentiras, son patéticas.

2



No importa lo que sea que consuma tu alma, eso es lo que eres, el que le teme a la crítica se teme a si mismo.

3

¿Qué es una rebelión? Levantar el alma frente a la crítica.

4

No es que un héroe sea más valeroso que los demás, es que lo es por mas tiempo.


5

Conocí a un hombre perfecto, era aburrido.

6

Dejaste que descubrieran tus secretos, entonces realmente no eran tuyos, un misterio debe ser sólido en tu alma, insospechado, recóndito.

7

“Espíritu humano” esa parece ser una contradicción cuando prendes la TV.

8

SI amarte es un defecto, pues que los perfectos sean los que se queden solitos.-

9

Quejarse contra la naturaleza es no entender el sentido del humor que tiene Dios.

10

Destruiste lo que amabas por agradar, entonces no amaste, y después de un tiempo tampoco agradarás; el olor a sínico es muy fuerte.

HEFESTOS


Te recurdan, Dios del fuego y los metales
hijo de la diosa Hera

cojo, herido, y de corazón destrosado


poco después de nacer te echaron del Olimpo:
por la mano de la misma Hera,
quien te rechazaba por su deformidad;

volviste a ser honrado en el Olimpo y te dieron el corazón de Afrodita,
diosa del amor.

Eras el artesano de los dioses y
les fabricaba armaduras, armas y joyas.

Se creía que st taller estaba bajo el monte Etna, volcán siciliano,
donde mascullas tus dolores y olvidas el amor.

sábado, junio 16, 2007

Tengo 32


Okey, hoy cumplí 32 años! Nunca imaginé tener esta edad o encontrarme en la condición actual. Todo ha cambiado tanto, soy padre, vivo de escribir, he dejado y me ha dejado, mi amado trabajo en Mitos y Leyendas y Humankind, un tiempo que nunca olvidaré. Así como tampoco olvido a quienes he amado y me han amado.

Tengo una una gran gratitud con todos ustedes amigos, hermanos, hermanas y compañeras... sé que no he sido siempre grato, y fácil de encontrar, pero sepan que para ustedes siempre tengo un poco de dulzura.


Me han enseñado el amor, incluso en la sombra.

Apolo


recuerdo que te llamaban Délico,
de Delos, la isla de tu nacimiento,
y Pitio, por haber matado a Pitón,
la legendaria serpiente que guardaba un
santuario de Gaia en las montañas del Parnaso.

Homero me dijo:

”Apolo era sobre todo el dios de la profecía. Su oráculo más importante estaba en Delfos, el sitio de su victoria sobre Pitón. Solía otorgar el don de la profecía a aquellos mortales a los que amaba, como a la princesa troyana Casandra”

Apolo se que eras un músico dotado,
que deleitaba a los dioses tocando la lira.

eras también un arquero diestro y un atleta veloz,

el primer vencedor en los juegos olímpicos.

tu hermana gemela, Ártemis, era la guardiana
de las muchachas, mientras que Apolo protegía
de modo especial a los muchachos,
a quienes amaste con vehemencia

enseñaste a los humanos el arte de la medicina.

Apolo sé que fuiste despiadado y
Cruel sé que te burlaste de costrosos dándonos fealdad…

perdonado estás,
No soy un dios y olvido fácilmente.

viernes, junio 15, 2007

Hades



Ahí estas hijo de Cronos y Rea
hermano de Zeus y Poseidón,
con quienes te repartiste el Universo
después de la victoria de los
Olímpicos sobre los titanes.

soberano del tenebroso mundo de los infiernos.
Inflexible, aborrecido por todos,
incluso por los mismos Inmortales,
a pesar de no ser un dios malévolo ni injusto.

Tu nombre es de mal augurio, de ahí que para nombrarte
se recurriera frecuentemente a diversos eufemismos,
como Plutón (el rico),
ya que al ser el amo de las profundidades de la tierra
poseías todas sus riquezas mineras
y regías también la fecundidad del suelo en sus aspectos agrícolas,
por eso tomaste a Persefone.

asi como a la ninfa Mente,
a la que trasformaste en la planta de la menta
para protegerla de los feroces celos de Perséfone,
y
a otra, una hija del Océano, Leuce,
a quien convirtió en el álamo plateado
que crecía en los Campos Elíseos, a orillas del río de la Memoria.

Sólo la fiebre de un hombre ti hirió y aún así nos temes

no sufras triste Dios no hay un Heracles entre nosotros

solo penosos dolores cubiertos de muerte,.

Breve Historia del Horror


Definición.- El cuento de terror (también conocido como cuento de horror o cuento de miedo), considerado en sentido estricto, es toda aquella composición literaria breve, generalmente de corte fantástico, cuyo principal objetivo parezca ser provocar el escalofrío, la inquietud o el desasosiego en el lector, definición que no excluye en el autor otras pretensiones artísticas y literarias.

Se trataría, por tanto, de un relato literario y no oral, ya que, si bien existe una amplia y antiquísima tradición de cuentos con dichos contenidos, probablemente por tratarse de relatos transmitidos de boca en boca, nunca han recibido otra denominación que la de "cuentos" o "leyendas" a secas. Ni siquiera cuentos "infantiles" de índole, nadie lo pondrá en duda, terrorífica (e inscritos en la tradición oral en su día), como Caperucita roja o Blancanieves, reciben la denominación de "cuentos de terror", que parece haber sido acuñada expresamente para las obras mayores del género aparecidas entre los siglos XIX y XX.

La definición más amplia confunde, sin embargo, en muchos casos el cuento de terror (más bien el 'cuento de miedo') con el "cuento" tradicional. Se conocen cuentos desde siempre, desde la más remota antigüedad. El cuento de miedo popular, el que relataban y relatan los viejos del lugar al amor del fuego en noches propicias, es elemento típico del folklore de los pueblos, y ha sido una de las primeras formas culturales de la humanidad, tan antigua, sin duda alguna, como la épica, la magia y la religión.El tipo de historias o leyendas que de alguna manera entrecomilla al Mal, buscando atemorizar con él a las buenas gentes, quizá a fin de exorcizarlo o sólo por advertir de sus peligros, llega en muchos aspectos a confundirse en la forma y en el fondo con dichas expresiones originales del espíritu colectivo (¿no supone la propia Biblia un buen muestrario de relatos terroríficos?); nada de extrañar, dados los resortes anímicos tan sutiles que suelen remover en el lector o en la audiencia los espinosos contenidos presentes en los cuentos de miedo.

En la Edad Media las crónicas y anales oficiales y oficiosos aparecen salpicados de todo tipo de datos, supersticiones y consejas que versan sobre ogros, aparecidos, brujas, duendes, vampiros, hombres lobo y otros seres y animales malditos. En todos los países se ha asustado siempre a los niños con los demonios indígenas respectivos, y más en concreto en los de habla hispana, con las distintas variantes del Hombre del Saco y el Sacamantecas. La antigua tradición de la alquimia, las ciencias ocultas y las sectas prohibidas, inspiraron igualmente multitud de fábulas y narraciones orales y escritas, largas y cortas, unas tirando a lo didáctico y benévolo y otras directamente a lo terrible; historias genuinas y deformadas en infinitas versiones, y dirigidas a un público en que no se diferenciaban las edades.

Volviendo al terreno literario (y ciñéndonos en todo momento a la literatura occidental), difícilmente se entiende el hecho de que, pese a tratarse de una modalidad con tan venerables precedentes y que ha contado entre sus cultivadores con algunos de los mejores escritores, tanto en Occidente como en el Oriente, de todas las épocas, hoy en día se trate al objeto de este artículo con una cierta distancia, sin duda despectiva, como vulgar literatura "de género", fenómeno debido tal vez a las connotaciones negativas adquiridas por el contacto, en los últimos años, con cierto tipo de cine y otras manifestaciones audiovisuales de baja calidad y peor gusto (el subgénero conocido como gore, de origen anglosajón).

Lo que caracteriza al verdadero cuento de miedo es la aparición de un elemento sobrenatural e inexplicable, totalmente irreductible al universo conocido, que rompe los esquemas conceptuales vigentes e insinúa la existencia de leyes y dimensiones que no podemos ni intentar comprender, so pena de sufrir graves cortocircuitos cerebrales.


Más recientemente, el importante antologista norteamericano David G. Hartwell (responsable, entre otras contribuciones, de The dark descent, traducido como "El gran libro del terror" por Ed. Martínez Roca), afirma que al final de un cuento de terror, el lector se queda con una nueva percepción de la naturaleza de la realidad, y divide la literatura de terror en tres corrientes: 1. La alegoría moral (relatos sobrenaturales). 2. La metáfora psicológica (psicopatologías varias), y 3. Lo fantástico (la moderna mezcla de ambas).

Anteriormente, los insignes compiladores argentinos Jorge Luis Borges, Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares, a juzgar por el principio de selección que pareció animarles a la hora de reunir los materiales de su célebre Antología de la literatura fantástica (1965), solaparon en gran medida el relato fantástico con el de terror, lo que no ayuda precisamente como guía a aquellos con vocación clasificadora. Borges y compañía afirmaban en el prólogo de la obra citada que no hay un tipo de cuento fantástico, sino muchos. Lo mismo puede aplicarse al cuento de terror. Tan absurdo es dividirlo en cuentos de vampiros, de fantasmas, de muertos vivientes, etc., como atender a criterios puramente técnicos o estructurales para su estudio. El grado de sofisticación literaria en este campo concreto (como en cualquier otra manifestación artística, a la vuelta del siglo XX, lo que en música se conoce por "mestizaje") ha llegado a tal punto que difícilmente resultará verosímil —meramente productivo— otro criterio de selección que el meramente histórico.

Técnicas.- Dejando aparte las fuentes tradicionales, nutridas de la cultura y la historia de los pueblos, el cuento de terror literario trata de vérselas y hacerse eco de esos espantos mucho más personales que nos persiguen y agobian a través de las pesadillas. Un cuento de terror no supone, en realidad, más que un intento de recrear con fines catárticos (si bien no falta quien afirme que sádicos) tales mundos oníricos, con todo lo de estrambótico y siniestro que contienen, aunque acatando siempre unas determinadas reglas. Sólo hay una salvedad: al final, llegada la necesidad, no le asiste a uno el recurso de despertarse.

Como producto artístico, el cuento de miedo se ve constreñido, pues, por una normativa procedimental característica. Tres son los elementos o exigencias fundamentales que debe cumplir. En primer lugar, ha de verificarse un cuidado muy especial en el diseño del clima, la "atmósfera" que rodea los siniestros acontecimientos de marras, aspecto este en el cual los grandes autores se evidencian a menudo como auténticos virtuosos.

El cuentista suele asimismo trabajar con gran detalle el desarrollo narrativo, la gradación de efectos, es decir, la estructura secuencial de la historia, de manera que contribuya en todo lo posible a la suspensión de la credulidad del lector, a la verosimilitud (tan apreciada o más que la propia originalidad por Poe); lo que se pretende suscitar en el lector es el miedo, y está de sobra demostrado que a tal efecto prima una mecánica lenta y gradual.

Todo cuento de terror, finalmente, como se ha dicho, resulta en un pequeño tratado sobre el Mal en alguno de sus infinitos rostros y formas, por lo que, en principio, conviene obviar toda otra consideración, moralista o sensible, a la hora de abordar su ejecución o su lectura.
2. Antecedentes.

Los antecedentes inmediatos del formato breve, como tal, hay que buscarlos, no obstante, en el largo, más en concreto en la llamada "novela gótica", que floreció en la segunda mitad del siglo XVIII y primera del XIX, en tierra de nadie entre racionalismo y romanticismo. Los grandes novelistas góticos, inspirados principalmente en el romanticismo alemán y en autores como Daniel Defoe, S. T. Coleridge, el Marqués de Sade, y sin duda en los demonios de Goethe y los fantasmas de Shakespeare, entendieron por sobrenatural un tétrico submundo poblado de nobles atrabiliarios, espectros aulladores y monjas ensangrentadas, pululando en infernal mezcolanza por lóbregas catacumbas de vetustos castillos marcados por alguna oscura maldición, convenientemente subrayada a cada paso por rayos, truenos y centellas de tormenta.

El inglés Horace Walpole fue el padre de la exitosa serie (El castillo de Otranto, 1764). Años más tarde, tuvo como destacados continuadores a la escritora, Ann Radcliffe (Los misterios de Udolfo, 1794), a Matthew G. Lewis (El monje, 1796) y Charles Maturin (Melmoth el errabundo, 1820), sin olvidar a la que fue precursora de la ciencia-ficción Mary Shelley (Frankenstein o el Moderno Prometeo, de 1817).
3. Primeras muestras.

Entre los primeros cuentistas propiamente dichos, es preciso nombrar al alemán E.T.A. Hoffmann (1776-1822), a quien Lovecraft llegó a tachar de ligero y extravagante, pero cuyo talento pionero anticipó muchos de los temas y formas que dominarían en años posteriores, incluyendo la ciencia-ficción, a través de títulos como El magnetizador, El hombre de arena o Los autómatas.

El francés Charles Nodier (1780-1844), bibliotecario de enorme prestigio en su tiempo, además de filósofo, científico y alborotador político, a raíz de su devoción por Hoffmann, dejó a la posteridad un nutrido ramillete de obritas repletas de brujas, vampiros y espectros varios, a medias entresacados de la tradición popular y de su propia cosecha. En ellas se aúna la sencillez de diseño y el delicioso sonsonete del viejo cuento de aparecidos: El vampiro Arnold-Paul, El espectro de Olivier, Las aventuras de Thibaud de la Jacquière, El tesoro del diablo.

Escritores netamente románticos como Théophile Gautier, Prosper Mérimée, Walter Scott, Víctor Hugo, Washington Irving y el Barón de la Motte-Fouqué, se sintieron pronto atraídos por la nueva corriente, contribuyendo de una u otra forma, y con desigual fortuna, a la misma, si bien ninguno de ellos puede considerarse con rigor especialista en la materia. Algo posterior, en España, el romántico tardío Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) fue muy aclamado por sus Leyendas las cuales contienen algunos cuentos de miedo de extraordinario mérito (El monte de las ánimas, El miserere, Maese Pérez el organista...).
4. Los grandes clásicos.

El norteamericano Edgar Allan Poe (1809-1849) y el irlandés Joseph Sheridan Le Fanu (1818-1873) son comúnmente considerados los dos autores que abrieron camino en el género. De Le Fanu se dice que es el fundador del relato de fantasmas ("ghost story") moderno en Gran Bretaña (El fantasma de la Señora Crowl, Té verde, El vigilante, Dickon el diablo...), modalidad que tanta repercusión tendría luego en la época victoriana. Pero lo que lo asemeja a Poe es el novedoso tratamiento con que enfoca al fenómeno maléfico. La fácil explicación racional, y mucho más, el desenlace moralista positivo (la mano de la Providencia Divina surgiendo de un modo u otro al final para poner las cosas, al monstruo, al bueno y al malo, en su sitio) serán desterrados definitivamente por estos autores. Ambos, además, inaugurarán el llamado "terror psicológico", más atento a la "atmósfera" de la historia y a medir los efectos emocionales que al mero susto.

Con Poe, el cuento de terror alcanzará, tan pronto, hacia los años 30 del siglo XIX, sus más altas cimas. El norteamericano es maestro absoluto del género porque, en primer lugar, lo es de la técnica del relato breve en sí. Por un lado su instinto y por otro su gran bagaje poético, le permitieron incorporar el arte, la música, la misma poesía, hasta los efectos distorsionantes de los alucinógenos, a un ámbito que él sabía muy exigente y especializado; a tal fin decidió que era preciso despojarlo previamente de todo lo accesorio, todo aquello que no contribuyera al efecto puntual deseado (las citadas consideraciones, sociales, morales, religiosas...). En sus poderosas fantasmagorías no se trasluce otra cosa que una imaginación y una inteligencia portentosas rígidamente al servicio de un designio artístico. Ningún otro autor, antes o después, ha sabido evocar o, más bien, inventarse de la nada atmósferas malsanas de pesadilla como él, hilvanar las escenas con tan infernal habilidad, culminar las historias con tan sonora consistencia. (Títulos: El gato negro, La caída de la Casa Usher, El barril de amontillado, El corazón delator, por citar sólo unos pocos.)

El propio Poe alabó a su contemporáneo y compatriota Nathaniel Hawthorne (1804-1864) como hombre de genio. Este autor, aunque gran estilista, se hallaba muy lastrado por el rígido puritanismo en que se formó (un pariente suyo fue juez en los procesos contra la brujería celebrados en Salem), y no supo o no quiso transmitir a sus historias ni la fuerza ni el desgarro artístico que admiran en aquél. (Títulos: Wakefield, El velo negro del ministro, El experimento del Dr. Heidegger.)

Al escritor francés Guy de Maupassant (1850-1893) discípulo de Flaubert y admirador de Poe, debe la literatura europea de terror algunas de sus mejores piezas, y a sus hondas convicciones naturalistas, probablemente, los acusados tintes emocionales presentes en sus mejores cuentos: sus temas fueron el pánico, la soledad, la locura, la perdición. (Títulos: El Horla, ¿Quién sabe?, La cabellera, ¿Loco?)

El terror recuperó con el periodista norteamericano Ambrose Bierce (1842-1914?) toda la garra y la intensidad que había desarrollado Poe en sus orígenes. En sus arrebatadoras fantasías, muchas de ellas ambientadas en la Guerra de Secesión americana, el terror pánico acecha siempre en las cercanías, y en el momento de desatarse parece decidido a devorar vivos literalmente a los personajes. (Títulos: La cosa maldita, La muerte de Halpin Frayser, Un habitante de Carcosa, La ventana tapiada...).
5. Pleno desarrollo.

A partir de la segunda mitad del siglo XIX, el terror encontró un grupo de dignísimos cultivadores entre los grandes narradores de la época: Charles Dickens, Robert Louis Stevenson, Rudyard Kipling, Arthur Conan Doyle, H. G. Wells, Henry James, Bram Stoker... El cuento de fantasmas viviría su apogeo en la época victoriana y en los comienzos del siglo XX, alcanzando niveles nunca vistos de calidad y sofisticación. La lista de representantes ingleses es interminable: Saki, Vernon Lee, F. Marion Crawford, E. F. Benson, Richard Middleton, L. P. Hartley, H. Russell Wakefield, Edith Wharton...

De este periodo es preciso destacar a dos autores: M. R. James (1862-1936) y Algernon Blackwood (1869-1951), con quienes culmina el cuento de fantasmas victoriano. Blackwood es un gran cultivador del terror fantasmagórico, pero en ocasiones aporta al género un elemento desconocido hasta el momento, como es el horror enmarcado en majestuosos parajes de naturaleza virgen, adornado de connotaciones paganas (en esto se equiparará a Machen). (Títulos: El Wendigo, Los sauces, La casa vacía, Culto secreto.)

M. R. James, erudito y profesor universitario, fue gran amante de la obra de Le Fanu, a quien consideraba el más grande escritor de lo sobrenatural. Sus espectros, criaturas siempre extrañas e inesperadas que unas veces escapan de profundos escondrijos excavados en cementerios y catedrales y otras se confunden con la luz diurna y los objetos más familiares, prefiguran muchos de los horrores "cotidianos" que las generaciones posteriores pondrían de moda. (Títulos: El sitial del coro, Silba y acudiré, El álbum del canónigo Alberico.)

El galés Arthur Machen (1863-1947) fue el autor que enterró definitivamente los exhaustos horrores góticos. Encontró su principal fuente de inspiración en las antiguas leyendas romanas y celtas de su tierra; al intentar una especie de neopaganismo, anticipó la teogonía macabra desarrollada por su seguidor más notable, H. P. Lovecraft. (Títulos: El gran dios Pan, La pirámide ardiente, El pueblo blanco, Los tres impostores.)
6. Lovecraft y compañía.

H. P. Lovecraft (1890-1937), norteamericano de Providence, es reconocido por la crítica, junto a Poe, como el máximo exponente del cuento de terror. Su aportación más importante fue el llamado "cuento materialista de terror". Mezclando el espanto con la ciencia-ficción, se trata de una narración de horror cósmico que propone una nueva mitología plena de escalofriantes dioses y monstruosidades arquetípicos; se ha dicho que se trata de la última mitología que ha conocido Occidente: los Mitos de Cthulhu. Devoto de Poe, sus otras fuentes conocidas son el fantástico y enigmático mundo de los sueños, la historia y el paisaje de Nueva Inglaterra, su tierra, y un selecto grupo de autores de su predilección: William Hope Hodgson, Lord Dunsany, Arthur Machen, Algernon Blackwood, y algunos más. (Títulos: El horror de Dunwich, La sombra sobre Innsmouth, En la noche de los tiempos, El clérigo malvado...).

Pese a sus hábitos e idiosincrasia saturninos, Lovecraft conoció en vida una nutrida camarilla de imitadores y seguidores que formaron con él el llamado Círculo de Lovecraft. Entre estos se encuentran algunos de los más sólidos cuentistas de esa generación: Robert Bloch, Fritz Leiber, Frank Belknap Long, Clark Ashton Smith, August Derleth...

Para cerrar esta época memorable, conviene hacer referencia al inglés Walter de la Mare (1873-1956), uno de los mejores estilistas del género, maestro del terror psicológico y urdidor de extrañas y exquisitas tramas protagonizadas por los sueños, la ansiedad y una callada desesperación. (Títulos: La tía de Seaton, La orgía: un idilio, Todos los santos, La trompeta.)
7. Los últimos años.

Entre los más conocidos autores contemporáneos, en su mayoría norteamericanos, hay que mencionar a Robert Aickman, T. E. D. Klein, Dan Simmons, Ramsey Campbell, Theodore Sturgeon, los clásicos Richard Matheson, Ray Bradbury, el joven (en los 80) y rompedor Clive Barker y el omnipresente e irregular Stephen King. Casi todos estos autores han cultivado con acierto la ciencia-ficción, especialmente Bradbury y Matheson.

De habla hispana, cabe mentar como auténticos especialistas al continuador de Edgar Allan Poe en castellano, Horacio Quiroga (1878-1937: El síncope blanco y otras historias) y Julio Cortázar (1914-1986): Casa tomada, Todos los fuegos el fuego, La noche boca arriba...

Las editoriales en castellano nunca han parecido dispuestas a fomentar el género entre las nuevas generaciones de escritores, sin embargo, por ejemplo en España, desde los años 60 del siglo XX, no han dejado de aparecer antologías de relatos macabros basadas en publicaciones anglosajonas. Las ediciones de Editorial Bruguera (Las mejores historias insólitas, Las mejores historias de ultratumba, Las mejores historias de fantasmas...), a cargo de compiladores como Kurt Singer, Forrest J. Ackerman o A. van Hageland, así como las numerosas ediciones de las editoriales Molino, Acervo y Vértice. De Alianza Editorial contamos con las cuidadas selecciones de Rafael Llopis antes citadas, en gran parte traducidas por él mismo. Editorial Edhasa publicó en 1989 la canónica Historias de fantasmas de la literatura inglesa, de Cox y Gilbert. La Editorial Martínez Roca había sacado en 1977 la también excelente Relatos maestros de terror y misterio, editada por Agustí Bartrá. Esta misma editorial, en los años 80 y 90, ofertó excelentes selecciones de revistas norteamericanas de importancia como Twilight Zone Magazine, que suponen un amplio muestrario de las últimas y eclécticas tendencias. Más recientemente, de Editorial Valdemar, Malos sueños, en dos generosos volúmenes; y han surgido además iniciativas nuevas como las de las editoriales Jaguar y Factoría de Ideas.

Tomando como referencia los títulos que se acaban de citar, podría aventurarse una lista selecta de cuentos de terror, en orden a la especial atención que han recibido tradicionalmente por parte de antologistas y críticos:

El gato negro, La caída de la casa Usher, El barril de amontillado, El corazón delator, de Poe. El horror de Dunwich, La sombra sobre Innsmouth, de Lovecraft, El Horla, de Maupassant, Un terror sagrado, La ventana tapiada, de Ambrose Bierce, El rincón alegre, de Henry James, El enemigo, de Chejov, Té verde, de Sheridan Le Fanu, El armario, de Thomas Mann, La pata de mono, de W. W. Jacobs, Silva y acudiré, de M. R. James, El guardavías, de Dickens, Las ratas del cementerio, de Henry Kuttner, Una rosa para Emily, de Faulkner, Luvina, de Juan Rulfo, El médico rural, de Kafka, Las hermanas, de Joyce, El fumador de pipa, de Martin Armstrong, El burlado, de Jack London, Vinum Sabbati, de Arthur Machen, Janet, cuello torcido, de Stevenson, El Wendigo, de Algernon Blackwood, La casa del juez, de Bram Stoker, Casa tomada, de Julio Cortázar, La balsa, de Stephen King...
8. Fuentes.

La rama dorada. J. G. Frazer. Fondo de Cultura Económica, 1986.

Teoría y técnica del cuento, Enrique Anderson Imbert . Ariel, 1992.

El Gran Libro del Terror, David G. Hartwell. Martínez Roca, 1989.

Antología de cuentos de terror, 3 tomos. Rafael Llopis. Alianza, 1982.

Los mitos de Cthulhu. Rafael Llopis. Alianza. 1976.

Morfología del cuento. Vladimir Propp. Akal, 1998.

The evolution of the weird tale. S. T. Joshi. Hippocampus Press, 2004.

El horror sobrenatural en la literatura. H. P. Lovecraft. Barral, 1976.

4. Una breve biografía del autor, donde pueden incluirse el pais y ciudad de nacimiento, sus antecedentes, estudios realizados, profesión y demás información que se considere necesaria.

José Luis Fernández Arellano. Nacido en Madrid, 1959. Licenciado en filología, cursos de filosofía. Poeta, traductor y narrador especializado en literatura macabra, fantástica y de ciencia-ficción.

Ha publicado el libro "Diez cuentos", Ed. Libertarias. 1994.

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